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Manos sujetando tomates cherry

Alimentos ecológicos, biológicos u orgánicos: Diferencias y ventajas

Ecológicos, biológicos u orgánicos ¿Sabemos realmente a qué se refieren estas etiquetas alimentarias?

Cada vez es más habitual que cuando vamos al supermercado veamos productos etiquetados como ecológicos, biológicos u orgánicos, pero ¿sabemos realmente a qué se refieren estas etiquetas?

Según un estudio encargado por Unilever, un 64% de los españoles cree que los términos ecológico, biológico y orgánico son parecidos, en cuanto a productos de alimentación se refiere, mientras que un 20% considera que son exactamente lo mismo.

Aunque estos tres tipos de alimentos pueden tener características similares, no son exactamente lo mismo,  es por eso que vamos a explicar qué diferencias hay y por qué se relacionan con una dieta más saludable, además de las ventajas que tiene consumir este tipo de alimentos.

Alimentos ecológicos, biológicos y orgánicos: qué son y en qué se diferencian

No es extraño que, si realmente nos paramos a pensar, no sepamos exactamente qué son estas etiquetas y la diferencia entre un alimento ecológico de uno orgánico o uno biológico.

De hecho, incluso la legislación vigente de la Comunidad Europea interpreta las etiquetas de “eco” (ecológico), “bio” (biológico) y orgánico como sinónimos: todos designan productos que  no han sido tratados con ningún tipo de pesticida o producto químico, han sido cultivados respetando los ciclos propios de la naturaleza  sin manipulaciones genéticas, y proporcionan beneficios para el medio ambiente y la comunidad agrícola y ganadera.

La realidad puede ser algo más compleja que eso, y englobando los 3 tipos en una sola definición puede llevarnos a la conclusión errónea de que designan lo mismo, por eso vamos a ver qué significan cada una de estas etiquetas.

Alimentos ecológicos

La etiqueta de ecológico hace referencia a que  los procesos para obtener ese alimento han sido totalmente “naturales”, es decir, que se han respetado las etapas de crecimiento y producción como se darían en la naturaleza. Por ejemplo, para que un tomate sea ecológico implica que ya la semilla tiene que ser de origen ecológico, la tierra y el agua no pueden estar contaminadas, deben aprovecharse las condiciones naturales del clima y el suelo, y no se pueden utilizar fertilizantes o pesticidas de origen químico. También implica no sobreexplotar los terrenos hasta agotarlos, manteniendo un equilibrio y dejando a la tierra recuperarse para que no pierda todos sus nutrientes.

En el caso de  la cría de animales de forma ecológica se tendría que realizar la crianza en zonas libres de contaminación, dándoles alimento ecológico sin intervención de hormonas ni antibióticos, respetando los ciclos de apareamiento y crecimiento naturales.

Alimentos biológicos  

Cuando encontramos la etiqueta biológica nos está informando de que ese producto no ha sufrido ningún tipo de alteración genética. Es decir, que ese producto no ha pasado por el laboratorio para conseguir el resultado final, como puede suceder con algunas frutas y verduras para mejorar el color, el volumen o la duración.

También puede darse esa alteración genética por otros motivos que los puramente estéticos, como puede ser crear vegetales más resistentes a plagas o que sean capaces de vivir en tierras de peor calidad o incluso que resistan condiciones meteorológicas extremas.

En el caso ganadero tiene que ver con no utilizar aditivos o estimulantes de ningún tipo para acelerar el crecimiento de los animales, permitiendo que la naturaleza siga su curso normal.

Alimentos orgánicos

Cuando hablamos de alimentos orgánicos nos referimos a que no se ha hecho ninguna intervención química para lograr un desarrollo óptimo, es decir, que  no se han usado pesticidas, fertilizantes u otras substancias similares de origen químico, aunque no implica que no puedan haber sido manipulados genéticamente.

Como veis, en la etiqueta de “ecológico” se engloban los alimentos biológicos y los orgánicos, pero también podemos encontrar productos que sean solo biológicos u orgánicos.

¿Cómo podemos saber si un producto es realmente ecológico, biológico u orgánico?

Para estar realmente seguros de que el producto que vamos a comprar es ecológico, biológico u orgánico debe cumplir tres requisitos:

1.  Por un lado debe tener en el empaquetado o la etiqueta el logo europeo en forma de hoja verde.

2. En este se debe indicar la naturaleza del producto (ecológico, biológico u orgánico)

3. Según la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) también  debe figurar el nombre de la entidad pública o privada que avala que se han seguido los estándares para la producción ecológica.

6 ventajas de consumir alimentos más saludables

Ahora que ya hemos aclarado las diferencias entre los productos ecológicos, biológicos y orgánicos, y además sabemos cómo identificarlos de manera correcta cuando vayamos a hacer la compra al supermercado, te estarás preguntando: ¿Pero realmente vale la pena?

Es conocido por todo el mundo que  los productos con etiquetas eco, bio y orgánicos suelen ser más caros que los “estándar”, con lo que puede ser que te eche para atrás el hecho de que el carro de compra suba un poco más. En este apartado presentaremos algunas de las ventajas que puede tener consumir productos ecológicos, biológicos y orgánicos para que veas que  la diferencia de precio muchas veces vale la pena.

1. Contribuyes a generar puestos de trabajo dignos

A través de la agricultura y  ganadería ecológica, los agricultores y ganaderos reciben un precio digno por su trabajo. Además este tipo de agricultura y ganadería necesita de más mano de obra, ya que hay más elementos a controlar y no está tan industrializada, con lo que también se crean más puestos de trabajo.

2. Los alimentos saben mejor y alimentan más

Al producirse en la estación del año que les corresponde y  haber permitido a la fruta y verdura madurar naturalmente, hace que tenga menos cantidad de agua  (con lo que se intensifica el sabor natural de la fruta y verdura) y una mayor concentración de nutrientes. ¡Más por menos!

3. Previenes enfermedades

Hay muchas enfermedades y alergias alimentarias que están asociadas al uso de agroquímicos de síntesis presentes en los alimentos convencionales, como pesticidas y fertilizantes, además de antibióticos, aditivos y conservantes, con lo que consumiendo alimentos de origen ecológico (que no contienen estas sustancias nocivas) podemos intentar prevenirlas.

4. Ayudas a mantener la variedad genética de las especies

La agricultura ecológica quiere conservar e impulsar la variedad genética de las especies autóctonas, y con ello la riqueza de los paisajes de cultivo. Esto hace que dejen de existir plantaciones enormes con un solo cultivo para dar paso a plantaciones que varían según la época del año y el clima o la calidad de la tierra.

5. Muestras respeto hacia el medio ambiente

La agricultura y ganadería ecológicas ponen el respeto al medio ambiente en el centro de su actividad. Eso implica que  cuando consumimos productos ecológicos sabemos que no habremos colaborado en la contaminación de aguas, la tierra o el aire.

Además este tipo de agricultura y ganadería produce menos dióxido de carbono que la agricultura y ganadería tradicional, con lo que previene el efecto invernadero, y tampoco genera residuos contaminantes y ayuda en el ahorro energético, al utilizar al máximo los recursos renovables como el sol. Por último,  también ayuda a prevenir la desertificación, ya que no explotan la tierra hasta dejarla inutilizable, respetando los ritmos propios de la naturaleza.

6. Muestras respeto hacia los animales de granja

El reglamento europeo contempla medidas específicas para la ganadería ecológica en lo que respecta a la habitabilidad en las granjas con el objetivo de evitar el estrés de los animales y potenciar el crecimiento en semi-libertad.

Este tipo de ganadería permite que los animales crezcan a su ritmo natural y en unas condiciones de vida adecuadas, asegurándose que no son manipulados artificialmente para aumentar la producción o acelerar el crecimiento a través de hormonas.

Esperamos haber despertado tu curiosidad sobre estos alimentos y decidas ir incorporándolos a tu dieta poco a poco. Nosotras esperamos que en un futuro no tengamos que hablar de alimentos ecológicos y alimentos “normales”, sino que los alimentos ecológicos pasen a ser la normalidad.