Cremas hidratantes, protector solar o limpiadores faciales. El gel de aloe vera es un excelente humectante natural que puede ayudar a mantener tu piel de lo más hidratada y suave. El aloe vera también te ayuda a aliviar el picor, debido a sus propiedades antiinflamatorias y calmantes, a tratar el acné y a aliviar y curar las quemaduras.
El aloe vera es una planta con múltiples beneficios. No obstante, siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de uso.
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Hidratantes, antiinflamatorias, antibacterianas y antioxidantes. Estas son algunas de las muchas propiedades que el aloe vera nos ofrece para un cuidado óptimo de nuestra piel.
El aloe vera puede ayudar a disminuir la inflamación y la irritación de la piel, además de su capacidad para mantener la humedad en la piel. Si tiendes a tener la piel sensible, seca o que se irrita con facilidad, la encontrarás especialmente útil debido a esto.
Después de limpiar suavemente la piel, el gel fresco de aloe vera se puede utilizar para hidratar la piel. De todos modos, si prefieres mimar tu piel a partir de productos previamente elaborados, puedes usar los que tengan el aloe vera como base.
Es importante recordar que, aunque el aloe vera es generalmente seguro y suave, algunas personas pueden ser alérgicas al aloe vera. En caso de sentir cualquier tipo de reacción alérgica, deja de usar el producto. Y si es necesario, no dudes en buscar atención médica.
¿Sabes que el gel de aloe vera se puede encontrar en artículos como bebidas o cápsulas concentradas? El aloe vera no solo aporta beneficios para nuestra piel, sino también para su ingesta.
Favorece la digestión: El jugo de aloe vera, cuando se toma como un tónico del sistema digestivo, puede aliviar el malestar estomacal. De hecho, en un estudio se descubrió que su consumo ayuda a reducir la inflamación y las molestias en los intestinos. Al mismo tiempo que puede disminuir la producción de ácido gástrico.
Aumenta la absorción de nutrientes: Vitaminas, minerales, grasas, proteínas, carbohidratos y agua. Estos nutrientes dan estructura a nuestro cuerpo y nos dan la energía que necesitamos para cada día.
Promueve la salud intestinal: Los probióticos que se encuentran en la planta pueden respaldar la función inmunomoduladora y la salud intestinal. Las manzanas, los plátanos, el ajo y la soja son algunos ejemplos de alimentos ricos en probióticos.
Estimula el sistema de defensa antioxidante: En el caso de la aloe vera, sus antioxidantes pueden estimular el mecanismo de defensa natural del cuerpo. La oxidación, un proceso normal que ocurre como parte del metabolismo diario, debe controlarse. Ya que puede dañar las células y los tejidos del cuerpo.
El aloe vera es una planta sencilla de cuidar. Esta no requiere mucha agua, pero, antes de agregar más, es crucial asegurarse de que el suelo esté completamente seco.
De hecho, la pudrición de la raíz puede ser el resultado de demasiada agua. Así que con regarla una vez a la semana es suficiente.
En cuanto al clima, el aloe vera prefiere temperaturas cálidas y tiene poca tolerancia al calor extremo. Un área cálida y sin corrientes de aire es lo mejor para esta maravillosa planta.
Asimismo, se multiplica fácilmente cortando los brotes laterales y plantándolos en tierra nueva. La poda no es muy necesaria para el aloe vera. Solo debes cortar las hojas que estén dañadas o muertas.
Si todavía no tienes aloe vera en tu jardín, ¿a qué esperas?