Sabroso, nutritivo y tradicional, de la amplísima variedad de quesos españoles el queso manchego es de los más populares y consumidos en nuestro país, una de nuestras denominaciones de origen más prestigiosas del sector lácteo nacional. Pero ojo: para que el queso sea manchego necesariamente debe estar producido en La Mancha, pero no todos los quesos de La Mancha son manchegos.
El queso, no solo el manchego, sino en cualquiera de sus múltiples variedades, es un alimento completo y saludable que aporta una gran cantidad de nutrientes muy beneficiosos para nuestro organismo, lo que lo convierte en un alimento perfecto para consumir a cualquier edad. Solo en el caso de que tengamos el colesterol alto, hipertensión u obesidad deberemos moderar el consumo de aquellas variedades denominadas duras y optar para nuestra dieta habitual por los quesos frescos.
El manchego es un queso de pasta prensada que deberá estar elaborado en todos los casos con leche de oveja de la raza manchega. La maduración mínima es de 30 días para los quesos elaborados con leche pasteurizada con un peso igual o inferior a un kilo y medio y de 60 días para el resto de formatos. Su maduración máxima es de 2 años.
Es imprescindible que la leche no contenga ningún tipo de producto medicamentoso, ya que estos pueden influir perjudicialmente en su elaboración, maduración y conservación, además de afectar a su sabor.
De consistencia firme y compacta, su color es variable y puede ir desde el blanco hasta el marfil-amarillento. Su sabor es ligeramente ácido, fuerte y sabroso, que se transforma en picante en aquellos quesos que estén muy curados. Deja en el paladar un regusto residual agradable y peculiar que le confiere la leche de oveja manchega.
El queso manchego es una fuente muy importante de calcio lo que lo convierte en un alimento muy beneficioso para nuestro sistema óseo, perfecto para el desarrollo y cuidado de nuestros huesos especialmente si hablamos de los niños, los adolescentes, las mujeres embarazadas y las personas mayores.
En el caso de los niños y los adolescentes, todavía están en fase de crecimiento y el calcio que les aporta el queso manchego ayudará a fortalecer y desarrollar su esqueleto.
Las mujeres embarazadas necesitan cuidar mucho su alimentación porque le aportan al feto en gestación una gran cantidad de nutrientes, y un déficit nutricional de calcio puede acabar afectando tanto a su futuro hijo como a sus propios huesos.
Y en el caso de las personas mayores sus huesos ya han sufrido mucho desgaste y están más expuestos a las roturas óseas, y todo refuerzo de calcio está especialmente indicado en su situación.
Además el queso manchego no contiene el azúcar de la leche, esto es, la lactosa, y por tanto está perfectamente indicado para las personas que tengan intolerancia a la misma. También es un laxante natural y ayuda a prevenir la aparición de cálculos renales.
Es un alimento digestivo y equilibrado que nos aporta hierro, magnesio y zinc y vitaminas A, D y E y ayuda a prevenir enfermedades como la anemia o la osteoporosis.
Es un alimento muy versátil que podemos incluir en nuestra dieta de muchas y diversas maneras y a cualquier hora del día. Podemos tomarlo en el desayuno en tostadas, como tapa, de aperitivo antes de comer, en salsas, en ensaladas o como postre.