Desafortunadamente, los médicos no saben exactamente qué es lo que causa los ataques de pánico, pero tienen algunas teorías. Algunos investigadores teorizan que algunos cambios en la vida de las personas o periodos de estrés generalizado, pueden causar este tipo de ataques.
Algunos estudios han mostrado que un significativo número de personas con desórdenes de pánico, habían experimentado eventos traumáticos en su niñez, como por ejemplo la temprana muerte de un familiar cercano. Otras investigaciones sugieren que no solo es problema del entorno, sino que es genético.
Por ejemplo, estudios han mostrado que gemelos totalmente idénticos, tienen más probabilidades de compartir este desorden que los que no tienen parecido entre sí. Sin embargo, otros datos contradicen esta teoría, por lo que el asunto todavía está abierto al debate.
Los investigadores también estudian las funciones neurológicas detrás del miedo y los ataques de pánico para encontrar una explicación. Algunos piensan que el sistema del miedo en el cerebro se usa en exceso, es decir que entra en acción demasiado intensamente o con frecuencia, y eso hace que se vuelva excesivamente sensitivo por lo que se activa y desactiva sin demasiado criterio.
Otros han notado que cuando se está cansado, el cerebro producto dióxido de carbono, el cual cuando aumenta de nivel, puede hacer creer al cerebro que nos estamos sofocando y envía señales para aumentar la tasa de respiración para conseguir más oxígeno. Esto puede llevar a un ataque de pánico.
Otra teoría tiene que ver con los neurotransmisores de la serotonina y el ácido gama gamma-aminobutyric, los cuales juegan un papel en calmar el cerebro. La gente que sufre un ataque parece que tienen menos receptores de la serotonina que otras personas. Los medicamentos pueden incrementar el suministro de serotonina y el ácido gamma, lo cual es efectivo para combatir este problema.
Normalmente, los desórdenes de pánico atacan más a las personas cuando tienen de 20 a 30 años, aunque los niños también pueden sufrirlo. Las mujeres tienen más tendencia a tener este tipo de ataque. Lo curioso es que el miedo a tener un ataque puede provocarlo, y cuando pasa muy frecuentemente, puede llevar a tener agorafobia.
Por suerte, los ataques de pánico son tratables, y aquellos que lo sufren tienen algunas opciones muy efectivas.
Existen tres opciones diferentes, que son los antidepresivos, medicamentos contra la ansiedad y la terapia. Lo cierto es que lo mejor es ir al médico para que guíe durante todos los pasos en la terapia que se debe seguir.
De lo que se trata es de cambiar el pensamiento sobre como son los ataques. Cuanto más se aprenda sobre ellos, mejor se entenderán y se verá que no son peligrosos ni mucho menos. Comprender las situaciones en las que se producen, ayuda a evitarlos mucho mejor.