¿Qué padres no se han preguntado alguna vez cómo serán sus hijos cuando sean mayores? Todos sin excepción lo hacemos de vez en cuando, pero no solo nos mueve la curiosidad, sino también el deseo de acompañarlos de la mejor manera posible en ese camino de autodescubrimiento, aprendizaje y expansión personal.
Identificar las pasiones de tu hijo en sus primeros años de vida será clave para iniciar esta maravillosa búsqueda de la mejor manera posible: la que está alineada con su verdadera esencia. ¿Necesitas algunas ideas para descubrirla? Aquí encontrarás cuatro pistas que seguir.
Poco hay que explicarle a un niño cuando tiene ante sí sus juguetes favoritos: pelotas que enseguida estarán botando, conducir camiones de juguete que transportan la arena del parque, muñequitos con formas de animales o dinosaurios que cobrarán vida entre sus pequeñas manos, instrumentos de juego simbólico con los que simular profesiones… cualquiera de estas inocentes herramientas nos proporcionarán amplia información sobre los intereses de nuestros hijos.
Aprovecha los momentos en que lo veas inmerso mirando la televisión (o abstraído con su videojuego preferido) para observar y preguntarte qué puede resultarle tan atractivo de todo ello. Presta atención a las temáticas que le atraen e indaga acerca de los personajes a los que admira: qué hacen, cómo son, si tienen algún rasgo en particular con el que conecte de manera personal tu hijo… Pues todo ello te puede estar hablando de sus potenciales pasiones.
Y si os dejáis caer por la biblioteca infantil o soléis visitar juntos algunas librerías (algo muy recomendable) acompáñale mientras le muestras las portadas de los libros infantiles y fíjate si descubre alguno que le llame la atención. Ahí tendrás una referencia más para indagar sobre sus intereses personales.
A veces estamos tan empeñados en darles opciones de toda clase a nuestros hijos que se nos olvida la importancia de tener su propio tiempo y espacio libre... ¡Y que se aburran! Porque pocas cosas estimulan tanto la imaginación humana como la necesidad de salir de una situación que no nos gusta.
Cuando nuestros hijos se aburren (y nosotros nos abstenemos de “salir a rescatarlos”) se les presenta una oportunidad perfecta de inventar e iniciar un juego o actividad que les anime, que les cautive y que les devuelva la motivación perdida. Cuando eso suceda… Presta mucha atención: ahí te estará dando tu hijo una pista sobre sus verdaderas pasiones.
Las experiencias en familia surgen como una oportunidad idónea de identificar lo que le atrae a tu hijo. Podéis organizar un viaje de vez en cuando para descubrir juntos algún lugar nuevo. Quizás le atraigan las diferencias culturales que perciba, el idioma, o que encuentre interesante algo que desconocía… y bueno, ya que estás, déjale la cámara de fotos para que pruebe a convertirse en reportero o fotógrafo por un rato.
Otras actividades que podéis disfrutar en familia y que pueden ser inspiradoras para tu hijo son los conciertos para disfrutar de música de todo tipo, y donde los instrumentos utilizados podrían acaparar su mirada y su interés.
Para los más activos resultan ideales las experiencias de aventura, ya que podrían despertar su afán explorador y deportivo. Las actividades culturales para niños, con vistosos experimentos controlados, podrían hacer brillar los ojos de un futuro científico. Y por supuesto, no nos olvidemos de las extraescolares, pues la oferta académica de los centros educativos ya suele conectar el disfrute de una actividad lúdica con el aprendizaje de alguna temática atractiva para nuestros hijos.
Como puedes ver, no es tan complicado averiguar qué hace latir apasionadamente el corazón de nuestros hijos: solo se trata de dejarlos fluir en diferentes situaciones y observar su manera instintiva de actuar. A partir de ahí y de la información descubierta, solo nos queda preguntarnos cómo podemos incentivar el desarrollo de sus talentos naturales… y ponernos manos a la obra para acompañarlos como su mayor apoyo.