La salud y el bienestar siempre han de ser una prioridad y, en este sentido, es importante conocer todas las alternativas posibles que existen para poder mantenerse sanos. En el caso de la homeopatía hay mucha información circulando que hace que una gran parte de las personas acabe por tener dudas no sólo de lo que es en sí sino de su posible aplicación y beneficios. Antes de hablar del caso concreto sobre cómo la homeopatía puede ayudar a tratar los síntomas de la fiebre, expliquemos y aclaremos a qué nos estamos refiriendo.
La homeopatía hace referencia a un sistema médico alternativo el cual fue creado en 1776 por el médico Samuel Hahnemann. Su principio básico es el de entender que existe una ley denominada de similitud o de semejantes mediante la cual se puede llegar a la conclusión de que si una sustancia puede provocar unos determinados efectos en una persona que está sana, esa misma sustancia en pequeñas dosis puede curar dichos efectos en quien está enferma.
El debate, en este sentido, está servido y es por eso que la homeopatía nunca ha estado alejada de cierta controversia. Cuando los homeópatas se disponen a elaborar un tratamiento para un determinado paciente lo que hacen es consultar los denominados repertorios (libros de referencia) para dar con el medicamento homeopático oportuno. Para llegar a éste se tendrán en cuenta tanto los aspectos físicos como psicológicos de cada paciente así como su historia médica.
Pese a todo hay que aclarar que, en la actualidad, se calcula que más de 10.000 médicos residentes en España prescriben a sus pacientes medicamentos homeopáticos. Y no sólo eso, la misma Sociedad Española de Medicina Homeopática (SEMH) pide que se tengan en cuenta sus más de 200 años de experiencia clínica en este campo con médicos procedentes de todas partes del mundo.
Una vez aclarada qué es la homeopatía, demos paso a algo más de información sobre los mismos medicamentos homeopáticos. Estos medicamentos se crean a partir de la sustancia original que es la que produce los síntomas de una determinada enfermedad pero diluyendo la misma en alcohol o en agua sucesivas veces hasta que el resultado que se obtiene es una cantidad muy pequeña de la sustancia de la que se ha partido.
Para llegar a estos remedios se parte de elementos que pueden ser químicos, animales o vegetales y se pueden seguir dos métodos diferentes:
Una vez que se obtiene ese medicamento homeopático, éste se puede emplear por sí sólo o bien combinarlo con fármacos tradicionales.
Cuando un ser humano adulto tiene una temperatura de 37,5º o más se dice que tiene fiebre. Ésta no debe ser percibida como algo malo, más bien al contrario, es una reacción del organismo que está defendiéndose ante una enfermedad, como puede ser un resfriado, una infección o un virus.
Lo ideal ante la fiebre es permanecer en reposo y observar su evolución. Con la homeopatía lo que se va a conseguir es acortar la duración de ese proceso febril pero con ella no se tiene porqué ver una disminución de la temperatura del paciente (como sí ocurre con los antipiréticos) Esa temperatura elevada está ayudando, en realidad, al organismo a mejorar.
Con los medicamentos homeopáticos se pueden tratar tantos los síntomas de estados gripales como prevenir desde el momento en el que se perciben las primeras sensaciones tales como escalofríos o dolores musculares.
Si pasados unos tres días no se observa mejora con el estado febril entonces sí que será el momento de acudir a un centro de salud. E incluso no habrá que esperar a llegar a este punto en el caso de que ésta se vea acompañada de vómitos, náuseas o convulsiones. Si una parte de este cuadro clínico se presenta, lo mejor que se puede hacer es acudir, directamente, a urgencias para que los profesionales de la salud puedan llevar a cabo un diagnóstico preciso y dar con el origen del problema.
En cualquier caso, y aunque se le quiera dar una oportunidad a los medicamentos homeopáticos, siempre es recomendable ponerse en manos de profesionales. Sólo este tipo de personas, con conocimientos específicos, podrán evaluar en qué situación se encuentra su paciente, lo que necesita y cuál es el tratamiento homeopático que le puede ayudar.
Cada año miles de personas confían en la homeopatía con buenos resultados y una ventaja de ésta es que puede emplearse tanto en niños como en adultos, ya que no se suelen asociar efectos secundarios de relevancia.