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Madre cuidando de su hijo

Complejo de Edipo en niños

Descubre qué es exactamente el complejo de Edipo y qué sugieren los expertos para afrontar esta curiosa fase de los niños

El complejo de Edipo forma parte de la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud. Lo propuso por primera vez en 1899 en su libro “Interpretación de los sueños”, aunque realmente no empezó a utilizarlo formalmente hasta 1910.

Todavía hoy en día están muy presentes las teorías de Sigmund Freud en nuestra sociedad, siendo muy rompedoras en su época y marcando un antes y un después en la psicología, pero también hay una gran parte de especialistas que se muestran críticos con las implicaciones que conlleva aceptar algunas de ellas, como por ejemplo el complejo de Edipo.

A lo largo de este artículo aprenderemos qué es exactamente el complejo de Edipo y de dónde surge, y qué sugieren los expertos que debemos hacer para afrontar esta curiosa fase de los niños.

¿Qué es el complejo de Edipo?

En el psicoanálisis, el complejo de Edipo se refiere a un  conjunto de emociones y sentimientos que afectan a los pequeños entre los 3 y los 5 años de edad. Esta teoría, formulada por Sigmund Freud, explica las primeras etapas del desarrollo psicosexual del niño, en la cual se producen una serie de cambios en su comportamiento. Según Freud, en el complejo de Edipo  los niños y las niñas idealizarían a la figura paterna del sexo opuesto  y se mostrarían posesivos y acaparadores de su atención, a la vez que rivalizarían con la figura paterna del mismo sexo para no perder la atención de la primera, surgiendo sentimientos de alejamiento y odio.

Carl G. Jung, que colaboró estrechamente con Freud en sus estudios, desarrolló de forma análoga el “complejo de Electra” describiéndolo como la atracción sexual inconsciente que siente una niña hacia su padre, aunque Freud nunca aceptó esta teoría por ir en contra de las teorías que él había ido desarrollando.

¿Por qué se llama así?

Sigmund Freud se inspiró en un mito de la mitología griega para acuñar el concepto del complejo de Edipo. En este mito Edipo es el hijo de los reyes Layo y Yocasta, pero cuando un oráculo anuncia a Layo que su destino será ser asesinado por su hijo, lo entrega a un sirviente para que lo abandone en un cerro de Citerón. El sirviente desobedece al rey y entrega el niño a un pastor, que lo acoge brevemente y finalmente lo entrega al rey de Corinto, Pólibo, y su esposa, Mérope.

El joven Edipo empieza a oír rumores sobre que el rey y la reina no son sus verdaderos padres, con lo que consulta al oráculo de Delfos y éste le revela que su destino será asesinar a su propio padre y casarse con su madre. Edipo decide huir de Corinto para huir de su destino, creyendo que sus padres eran aquellos que lo habían criado.

Estatuas mitologia griega
Sigmund Freud se inspiró en un mito de la mitología griega para acuñar el concepto del complejo de Edipo | Getty Images

Durante su viaje, de camino a Tebas, Edipo se encuentra con Layo. El heraldo de Layo exige a Edipo que cediera el paso para poder continuar el viaje, y ante la tardanza de Edipo, mata a uno de los caballos de este. Edipo se encoleriza y mata al heraldo y a Layo, sin saber que era el rey de Tebas y su propio padre. Más tarde acabaría casándose con Yocasta, descubriendo a posteriori que era su madre. Yocasta se suicida al conocer que Edipo es su propio hijo, mientras que Edipo se arranca los ojos, incapaz de soportar el horror que le provocan el asesinato de su propio padre y el incesto, vagando el resto de su vida como un mendigo por toda Grecia, atendido por su hija Antígona.

Consejos para afrontar el complejo de Edipo en niños

El principal consejo a tener en cuenta es ser conscientes que  el complejo de Edipo  es una etapa natural en el desarrollo de los niños: debemos ser pacientes y no prestarle mayor atención ni preocupación, ya que es algo que desaparecerá a medida que el niño vaya madurando.

Una vez superado el complejo de Edipo, el niño o la niña dejarán de rivalizar con la figura paterna de su mismo sexo para producirse un acercamiento y buscar el padre (en el caso de los niños) o la madre (en el caso de las niñas) como ejemplo, por un fenómeno de identificación.

En los casos en los que el complejo de Edipo suponga una grave alteración para el niño o niña, con rabietas constantes y gritos ante la figura paterna del mismo sexo, no dejando que la figura paterna del sexo opuesto salga a la calle sin él o ella,  podemos intentar una serie de estrategias que ayuden a la convivencia familiar:

1. Procurar dedicar suficiente tiempo al pequeño

Los niños son muy egocéntricos y ven el mundo como una extensión de sí mismos, con lo que también hace que tengan menos paciencia. Por eso en esta época de posesividad y celos que se da en el complejo de Edipo podemos  intentar hacer más actividades con el niño o la niña para que no sienta que su protagonismo queda desplazado.

2. Potenciar los momentos de juego con la figura paterna del mismo sexo

Si el niño o la niña asocia la figura paterna del mismo sexo a la diversión y el ocio será más fácil compensar los sentimientos de odio y competitividad que siente durante esta etapa tan conflictiva que es el complejo de Edipo.

3. No burlarse o criticar las actitudes y comportamientos del niño propiciados por el complejo de Edipo

Este tipo de sentimientos que a los adultos nos pueden parecer raros o absurdos para el niño o la niña son totalmente normales, con lo que podemos incrementar su sentimiento de incomprensión e ira.

4. Evitar las competiciones por la atención de la figura materna o paterna

Es mejor intentar evitar las situaciones en las que el niño o la niña se sienta en la necesidad de competir con la figura paterna del mismo sexo por la atención de la figura paterna del sexo contrario, con lo que favoreceremos las actividades en las que podamos incluir al pequeño y así se sienta más tranquilo.

El complejo de Edipo puede producir mucha incomodidad en los adultos por el tipo de comportamientos que se dan, pero también es interesante recordar que nuestra visión de una situación como adultos no es la misma que tienen los niños, que parten de una perspectiva más inocente e infantil. Ante todo debemos recordar que solo es una fase y que el niño o la niña dejarán de comportarse de esta manera en cuanto avance en su maduración cognitiva y vaya entendiendo el funcionamiento de las relaciones interpersonales.