Te habrá pasado alguna vez que te has dicho, quiero a partir de ahora crear este hábito que es muy beneficioso para mí. Lo has pensado y lo has deseado, has comprendido que es lo mejor que puedes hacer, pero a los días todo el enfoque hacia tu objetivo se ha desvanecido. Si es este tu caso, no te preocupes porque en este artículo te daremos las claves para que pongas solución a este problema.
Lo primero que debes saber es que, tras concretar tus deseos, el paso siguiente que hay que dar es crear una planificación en tiempo y espacio. Además, es importante tener en cuenta algunos aspectos que te ayudarán a crearlo y sostenerlo en el tiempo:
Todo proceso se compone de pequeños pasos y cada paso es relevante dentro del proceso y te ayuda a tomar decisiones para que sigas por el camino marcado. Cada paso tiene su sentido en relación y cooperación con los otros. Además, entender esto te ayudará a tener más paciencia y a no rendirte cuando pienses que el proceso es lento.
Divide todo el recorrido en diversas etapas. No es lo mismo realizar el mismo paso si estás en la etapa inicial que en la etapa avanzada donde tienes más aprendizajes. Hacer esto también te ayudará a disfrutar más del proceso, ya que al finalizar cada etapa habrás logrado un objetivo que, por pequeño que sea, te aportará cierta satisfacción.
Como bien dice el refrán, "no empieces la casa por el tejado". Planifica tus pasos teniendo en cuenta en qué etapa estás del proceso. Ponte exigencias menores en las etapas iniciales y ve aumentando a medida que recorras el camino. En caso contrario, no lograrás los objetivos y te frustrarás, abandonando el proceso antes de lo deseado.
Acompaña esta planificación con recordatorios en tus dispositivos móviles, con notas en lugares puntuales o puedes relacionarlos con acciones que realizas cotidianamente. Por ejemplo, configura diferentes alarmas durante el día, o ponte una nota al lado de tu cama que verás bien cada vez que te levantes.
Es importante que tengas una visión global de los pasos dentro de las etapas. Esto te dará una perspectiva de cuánto has avanzado, qué etapas has logrado y qué pasos te han ayudado a avanzar y cuáles deberías reforzar o modificar. Es una visión de tu progreso constante que te ayudará a dar valor a lo que has realizado y a darte cuenta de los aspectos a mejorar.
Realiza anotaciones de las acciones que vas realizando. Poder tener a mano todo lo que irás haciendo te dará la posibilidad de revisar y aprender de los “aciertos” y los “errores”. Estos “aciertos” y “errores”, te irán dando información sobre ti mism@ y te ayudarán a saber con qué habilidades cuentas y a ver en qué debes mejorar.
Realiza las modificaciones que creas necesarias, sin perder el sentido general. Puede sucederte que no realices un paso, y que lo reemplaces o compenses con otro, y eso no quiere decir que estés renunciando a tu objetivo, sino que has modificado el proceso tomando un camino alternativo, lo cual requerirá que realices un reajuste para seguir estando en la dirección que te has propuesto.
Toda esta planificación requiere de un marco espacio-temporal, es decir, poder darle un lugar, dentro de tu vida cotidiana, para desarrollar cada paso y un tiempo de ejecución. Puede pasar que en la planificación inicial te hayas propuesto fechas y tiempo de ejecución o lugares de realización que después en la práctica no son viables. En ese caso, solo realiza las modificaciones necesarias que la propia experiencia te irá indicando.
Planificar la estrategia de acción te dará contención y acompañamiento, ya que hace concreto y real el camino y la dirección hacia el objetivo. Y lo mejor de todo esto es que esta planificación, es una guía que fue creada por ti y para ti, no tienes que seguir la planificación de otros que tienen su propia experiencia de vida y que cuentan con aprendizajes y objetivos diferentes a los tuyos.