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Hombre despedido del trabajo sujetando una caja con sus pertenencias

¿Cuáles son las causas de despido más frecuentes?

Te mostramos cuáles son las causas de despido más comunes para que no te sucedan a ti

Para cualquier trabajador es básico conocer todo aquello que está relacionado con sus derechos y obligaciones. Todo empleado debe saber que existen unas reglas que se deben respetar por parte de la empresa y el trabajador, y que el incumplimiento de estas reglas puede llevar a la extinción del contrato.

Esta información es clave en momentos concretos como puede ser un caso de despido. Existen diferentes tipos de despido, según se ajusten o no a la normativa. En ocasiones, el trabajador es responsable de su propio despido; en otras, el cese de su actividad es responsabilidad unilateral de la empresa.

En este caso vamos a hacer referencia a las causas más comunes de despido provocadas por nosotros, por los propios trabajadores, para tratar de evitar así actitudes o comportamientos que pueden poner en peligro nuestro puesto de trabajo.

Incapacidad manifiesta para realizar el trabajo

A través de la observación y el análisis continuo, la empresa detecta que el trabajador no posee los conocimientos teóricos para llevar a cabo las tareas que se le asignan, lo cual también se verá reflejado en los resultados y en la fluidez de la operativa. Es un motivo evidente de despido (procedente).

No alcanzar los objetivos

El trabajador puede poner todo su conocimiento y exprimir sus esfuerzos en la tarea que se le asigna, pero aun así no alcanzar los objetivos marcados por la empresa. Un ejemplo claro de esto son los trabajos de comercial o telemarketing, en los que es necesario alcanzar una cifra de ventas (semanal, mensual) para mantener el puesto de trabajo.

Bajón de rendimiento

El empleado demuestra haber sido capaz en el pasado de ofrecer un rendimiento mucho mayor, pero su desempeño laboral ha ido disminuyendo de forma continuada en los últimos tiempos. La empresa puede considerar esto como una falta de actitud y profesionalidad y, con los datos de rendimiento en la mano, podría despedir al trabajador.

Impuntualidad y faltas de asistencia

Está claro que el horario de trabajo debe ser respetado a rajatabla, tanto por la empresa como por el trabajador. Las faltas de asistencia continuadas, aunque estén justificadas, pueden ser una causa de despido, si superan el máximo establecido por la ley.

Hombre corriendo con un maletín porque llega tarde al trabajo
El horario de trabajo debe ser respetado a rajatabla, tanto por el trabajador como por la empresa | Getty Images

Faltas de disciplina y desobediencia a los superiores

A pocos empleados se les ocurriría ofender verbalmente a un superior o desobedecer constantemente sus órdenes, pero también hay otras faltas de disciplina que, todas juntas, pueden ser motivo de despido: imagen poco cuidada, actitud pasiva en la empresa, tomar continuos descansos... en definitiva, ir contra las normas internas de la empresa.

Mala relación con los compañeros

Incapacidad para trabajar en equipo, para comunicarse con los demás, para delegar o ayudar a los demás en sus tareas. Actitud huraña, hosca o directamente impertinente. Exceso de competitividad, ambición extrema sin importar los compañeros. Ofensas verbales, comportamientos extraños, cambios bruscos de humor. Ahora imaginemos todo esto en una persona. ¿Quién querría trabajar con ella?

Nula adaptación a los cambios

En una etapa de cambios y de evolución tecnológica como la actual es básico saber adaptarse a los cambios, tanto en las herramientas que se utilizan en el ámbito laboral, como en lo relativo a nuevos procesos y métodos de trabajo. Muchas empresas se reservan el derecho a despedir a un trabajador si, de forma manifiesta, no es capaz de adaptarse a los cambios en su trabajo.