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Adolescente con los ojos cerrados tocándose el pelo

Guía para entender mejor los niños y niñas transgénero

Intentaremos explicar qué es exactamente la disforia de género, además de facilitar algunas pistas para detectarla de manera temprana

Cada vez es más habitual oír hablar sobre la disforia de género y la transexualidad infantil en los medios de comunicación. No es porque ahora haya más casos que antes, sino que poco a poco se van normalizando las diferentes identidades sexuales, de género y la gente lo vive con más naturalidad. Aun así, todo este fenómeno de apertura hacia las personas transgénero es suficientemente reciente como para que nos falten recursos a la hora de acompañar a los menores en este proceso de descubrimiento de que puede ser confuso para ellos y ellas también.

A lo largo de este artículo  intentaremos explicar qué es exactamente la disforia de género, además  de facilitar algunas pistas para detectar de manera temprana si nuestro hijo o hija puede ser transgénero y algunos consejos para familias y educadores para abordar de la mejor manera esta situación.

¿Qué es la disforia de género infantil?

Un niño o niña transgénero es aquel o aquella cuya identidad de género difiere de la que tendría según su sexo de nacimiento.  No hay que confundir identidad de género con la orientación sexual, ya que la primera hace referencia a la manera como nos identificamos nosotros y la segunda hacia quién nos sentimos atraídos sexualmente.

“Disforia de género” es el término usado por la APA (American Psychiatric Association) en la clasificación de trastornos mentales, lo cual ha sido motivo de reivindicación por parte de los colectivos transgénero y transexuales porque patologiza la diversidad sexual y de género. Por eso la gran mayoría de personas transgénero no se identifican como personas con disforia de género, sino personas transgénero o transexuales.

La identidad de género empieza en edades muy tempranas: entre los 18 meses y los 3 o 4 años los niños ya tienen conciencia de su cuerpo y las diferencias anatómicas entre niños y niñas, aunque no será hasta aproximadamente los 7 años que esta identidad sexual se estabilizará, según indica Grupo de Identidad y Diferenciación Sexual de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (GIDSEEN) en su  documento sobre la disforia de género en la infancia y adolescencia.

Hay que tener en cuenta que la identidad de género tiene una relación directa con los roles sociales que se asocian a cada género, pero que un niño o niña tenga actitudes o comportamientos que asociamos al género contrario al que le tocaría por su sexo no implica necesariamente que se trate de un niño o niña transgénero o transexual.

Es decir, que un niño quiera jugar con muñecas o experimente con el maquillaje no implica que se sienta una niña, puede que simplemente tenga una gran sensibilidad y curiosidad. Que una niña prefiera jugar con la pelota o no quiera llevar vestidos tampoco implica que se sienta un niño. Lo mejor es dejar que los niños vayan experimentando y descubriendo su propia identidad y no intentar reprimir todo aquello que consideremos “fuera de norma”, porque al final estos estereotipos y expectativas son muy sociales y difícilmente todo el mundo puede encajar totalmente en ellos.

¿Cómo podemos saber si un niño o niña es transgénero?

Identificar a un niño o niña con disforia de género o transexual en realidad es mucho más sencillo de lo que podemos imaginar, ya que muy probablemente será el propio niño o niña quién lo verbalizará, igual que harías tu si de repente alguien se dirigiera a ti con pronombres del género contrario al que tu sientes como propio.

Otro tipo de señales como que juegue más con los niños y niñas del sexo contrario o no se interese por los juguetes que típicamente corresponderían a su género no son determinantes, ya que como hemos dicho anteriormente el género es un constructo social y no tiene por qué ser algo “natural” asociado a una serie de conductas. Más bien esas conductas las aprendemos a raíz de la asignación de nuestro género a través de la educación y la socialización.

En definitiva, si una niña te dice que ella no es una niña, que es un niño, o un niño te dice que ella es una niña, hazle caso. No está confundido o confundida, se trata de un niño o niña transgénero o transexual.

10 consejos para familias y educadores

Es muy difícil dar consejos para ayudar a los niños y niñas transgénero desde una perspectiva de persona cisgénero (es decir, que la identidad de género corresponde con el sexo de nacimiento), con lo que hemos optado por ponernos en contacto con alguien que lo haya vivido en primera persona y con suficiente poder mediático como para poder realizar una consulta con posibilidad de obtener suficientes respuestas.

Se trata de Julia Kaye, una ilustradora transexual estadounidense, y a través de ella pudimos lanzar una pregunta a sus seguidores transgénero y transexuales en Twitter:

¿Qué les hubiera gustado que los adultos de su alrededor supieran cuando eran pequeños y pequeñas?

Podéis ver la publicación entera en este enlace.

Y a continuación recogemos lo que dijeron. Empezaremos con una serie de consejos generales y luego un apartado de consejos específicos para educadores.

1. Da espacio a los niños y niñas para explorar el género

Es contraproducente intentar reprimir aquellos comportamientos que podamos considerar “fuera de norma” (no solo para los niños y niñas transgénero, sino para todos en general). Podemos provocar que el niño o la niña se sienta inseguro o insegura y tenga miedos o crea que “hay algo malo en él o ella”. Solo ellos y ellas pueden definir su identidad, pero  nuestro papel es acompañarles para que se sientan seguros en este proceso de descubrimiento.

2. Evita comentarios que no aporten nada

Decir cosas como “es solo una fase” no va a aportar nada más que deslegitimar la experiencia del niño o niña transgénero. Puede que sea una fase o puede que no, pero tiene que ser el propio niño o niña quien recorra ese camino y lo decida.

3. Muestra claramente tu apoyo

Tener el apoyo de los adultos que les rodean es clave para que los niños y niñas transgénero se sientan un poco más tranquilos y tranquilas, pero van a necesitar sentir que ese apoyo es real y duradero, con lo que es mejor ser abiertos y explícitos con las palabras y gestos de apoyo.

4. Simplemente escucha

Es normal que queramos hacer preguntas o nos sintamos confusos cuando un niño o niña nos cuenta que cree que puede ser transgénero o transexual, pero antes que nada escucha lo que tienen que decir e intenta entender cómo se sienten ellos.

5. Elimina tus prejuicios

No todo el mundo se da cuenta que puede ser transgénero a la misma edad, ni lo hace del mismo modo, ni al mismo ritmo, ni todas las personas transgénero o transexuales experimentan dismorfofobia (preocupación excesiva y desmesurada por un defecto en la apariencia física de una persona, en este caso características relacionadas con el sexo con el que no se identifican).  Tampoco esperes que el niño o niña actúe de forma totalmente diferente en el momento en que diga al mundo que es transgénero. Siguen siendo las mismas personas y que no encajen con tu idea mental de lo que es una persona transgénero o transexual no invalida su experiencia.

6. No hagas diferencias en el tratamiento

Lo último que quieren los niños y niñas transgénero y transexuales es sentirse diferentes. Por eso evita tratarlos diferentes de como tratarías al resto de niños y niñas, ya sean sus hermanos o hermanas o el resto de alumnos. Cuanto más natural sea todo, mejor.

Consejos específicos para educadores

Os proporcionamos algunas pautas en concreto para los momentos en el aula.

7. Empieza con buen pie

El primer día es mejor pasar lista diciendo únicamente el apellido. Así si hay algún niño o niña que no se siente representado por su nombre de nacimiento no se sentirá incómodo o incómoda. Una buena idea para maestros y profesores de niños más mayores (7, 8 y para adelante) puede ser dar una ficha a los alumnos a principio de curso para que la rellenen con el nombre con el que quieran ser referidos, y también el pronombre preferido.

Aunque creas que no tienes ninguna niña o niño transgénero en clase es mejor no suponer, y aunque todos resulten cisgénero, puede ser que algún niño o niña tenga algún apodo o diminutivo con el que prefiera que le llames. De este modo das espacio a todos los niños para que se expresen a la vez que no tienen que hacerlo de forma abierta delante de todo el mundo.

8. Asegúrate que no pones el niño o la niña en un aprieto

Hay niños y niñas transgénero que llevaran su identidad en abierto en la escuela pero no en casa. Por un lado, felicidades por haber creado un espacio lo suficientemente seguro en la escuela como para que decidan ser ellos mismos y ellas mismas, pero por otro lado cuidado con desvelarlo a su familia u otros miembros de la escuela si todavía no lo saben, ya que puede provocar un conflicto fácilmente evitable. Deja que sean ellos y ellas las que decidan cuando y con quién comparten su identidad.

9. Tolerancia cero hacia las burlas a los niños y niñas transgénero

No debemos permitir que los niños hagan bullying y se rían de los niños y niñas transgénero, debemos crear un clima de aceptación en el que todos los niños y niñas se sientan incluidos. Debemos prestar especial atención a burlas relacionadas con utilizar el género equivocado para referirse al niño o niña o llamarles por su nombre de nacimiento y no el nombre que ellos y ellas prefieren.

10. Evita las divisiones por género

Es mejor  que cuando se tengan que hacer grupos, estos no sean binarios (niños y niñas), sino hacerlos mixtos. De este modo no obligamos a los niños y niñas transgénero a decidir si colocarse en el grupo de su sexo de nacimiento o en el del género con el que se identifican. También es mejor evitar asignar tareas por género, por ejemplo no pedir solo a los chicos que muevan cajas o sillas o a las chicas que pinten un mural.

Estas son algunas de las situaciones que más han repetido los chicos y chicas transgénero y transexuales que contestaron a la publicación, pero también es importante recordar que cada situación y niño y niña son únicos, con lo que tenemos que saber actuar en cada momento con sentido común, pero sobre todo con empatía hacia los demás. También hay que tener en cuenta que nos equivocaremos muchas veces, o no sabremos cómo gestionar una situación concreta, pero  lo importante es que los niños y las niñas se sientan acompañados y acompañadas y nosotros vayamos aprendiendo con ellos y ellas.