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Cajas de varios medicamentos en una farmacia

Efectos de los medicamentos en el sueño

Muchas sustancias químicas presentes en medicamentos que no son específicos para dormir tienen efectos en el sueño

A lo largo de la historia el ser humano ha buscado sustancias para conciliar el sueño o para que este fuera más duradero. Tisanas, elixires y pociones a base de hierbas se han usado y siguen usándose en todo el mundo. Las civilizaciones antiguas descubrieron que la naturaleza les brindaba sustancias útiles para sanar, para estimular el apetito o para inducir el sueño.

Los antiguos griegos por ejemplo usaban el zumo de amapola para lograr el opio, o extractos de mandrágora, lo que hoy conocemos como atropina y escapolamina. Durante siglos se probó con todo tipo de extractos de plantas para lograr inducir al sueño, hasta comienzos del siglo XIX, cuando se inició la farmacología del sueño.

La farmacología del sueño

A comienzos del siglo XIX se trabaja en la síntesis de la morfina derivada del opio. Otro científico  Adolph von Baeyer  padre de la aspirina prepara el ácido barbitúrico, la base de los medicamentos llamados barbitúricos que siguen usándose en la actualidad para tratar ciertos problemas del sueño.

Muchas sustancias químicas presentes en medicamentos que no son específicos para dormir tienen efectos en el sueño. Existen estudios que afirman que determinados medicamentos usados para tratar enfermedades cardíacas tienen efectos en las fases del sueño. 

Fases del sueño

Durante el sueño pasamos por varias fases, denominadas fases REM  (MOR) y NREM.  Las fases NREM son de sueño ligero, una transición de la vigilia al sueño.

El sueño REM (rapid eye movement) también llamado el sueño paradójico comienza con fases cortas de minutos y luego paulatinamente a fases más largas de unos 30 minutos o más.  Un adulto pasa aproximadamente un 20-25% del sueño en fase REM (MOR).

Muchos estudios muestran claramente que los efectos de las sustancias consideradas inductoras del sueño dependen de la dosis y del tiempo que se toman, el efecto no es el mismo si se ha estado tomando un período de tiempo prolongado.

Dormir mal
El efecto del medicamento en el sueño depende de diferentes variables | Getty Images

El modo en que se suprime la toma de un medicamento también puede influir creando un efecto rebote.

El alcohol es una de las drogas más antiguas de la humanidad sus efectos en el sueño son típicos de las sustancias depresoras. A dosis bajas similares a varios tragos bebida alcohólica a lo largo de dos horas acortan la duración de sueño MOR, en cambio con un consumo prolongado durante día sucesivos se recobra el sueño MOR.  Según los estudios, el alcohol y los barbitúricos parecen activar un mecanismo de compensación que regulariza el sueño MOR. 

Algunos datos en este sentido se han obtenido de personas alcohólicas en período de abstinencia.

El sueño MOR también se ve disminuido con la toma de antidepresivos.

Las anfetaminas afectan al sueño disminuyendo o suprimiendo el sueño MOR. Los adictos a las anfetaminas padecen problemas de sueño durante todo el tiempo que están tomando la droga. Cuando se suprime la ingesta viene el efecto rebote y aumenta el sueño MOR hasta en un 75%. Las evidencias son claras, tomar drogas afecta al sueño en mayor o menor grado.

Los somníferos

Millones de personas en el mundo acuden al médico en busca de ayuda para dormir. Los somníferos son de los medicamentos más consumidos, sin embargo el uso continuado de esta  medicación ocasiona una tolerancia y el fármaco va perdiendo efectividad para inducir el sueño. Esto suele llevar a la persona  al aumento de la dosis (por su cuenta) para lograr los efectos que ya no consigue, lo que supone un riesgo para su salud.

Si usas somníferos sigue las pautas de médico en cuanto a dosis y duración del tratamiento. Si por lo que fuera el fármaco no te funcionara, será el médico el que pueda variar la dosis, o en su caso probar con algún otro medicamento.

Existen diversos factores que pueden contribuir a que las personas experimenten dificultades para dormir durante los tratamientos de quimioterapia:

Con frecuencia, la quimioterapia puede hacer que los pacientes sientan cansancio y somnolencia durante el día. Por lo tanto, los pacientes que reciben quimioterapia pueden descansar o dormir durante el día y eso produce dificultad para conciliar el sueño o dormir durante la noche.

Médico con los brazos cruzados
Millones de personas en el mundo acuden al médico en busca de ayuda para dormir | Getty Images

A veces, los problemas existen debido a otros medicamentos prescritos para combatir los efectos secundarios de la quimioterapia.  Por ejemplo, se pueden prescribir esteroides, como dexametasona, para controlar las náuseas y los vómitos como consecuencia de la quimioterapia y, a la vez, estos pueden hacer que sienta más energías (y provocar dificultad para dormir). Por lo tanto, resulta útil evitar tomar esteroides después de las cinco o seis de la tarde.

La tensión debido al cáncer y el tratamiento también puede provocar problemas del sueño.

Qué hacer para controlar el insomnio

Intente identificar la causa de los problemas para dormir. ¿Qué provoca el insomnio? ¿Siente dolor? ¿Lo preocupa algo? ¿Toma demasiada cafeína? ¿Duerme durante el día? ¿Se siente deprimido o ansioso?

Converse sobre sus problemas para dormir con su proveedor de atención médica. Puede escribir un diario para hacer un seguimiento de su sueño. Registre los horarios en que está despierto y dormido. Anote lo que cree que contribuye a su dificultad para dormir.

Siga estas guías para ayudar a superar las dificultades para dormir durante la noche:

No ingiera alimentos y ejercite dentro de las 2 horas antes de irse a acostar.

Oscurezca el ambiente de su habitación.

Si tiene un reloj electrónico o uno con la esfera iluminada, dele la vuelta para que no quede con la esfera mirando hacia usted.

Use la cama solo para dormir (no para mirar televisión o leer).

Mantenga un horario de sueño coherente. Asegúrese de acostarse a la noche y levantarse a la mañana a la misma hora.

Reduzca al mínimo las siestas durante el día. Si debe hacer una siesta, no duerma más de una hora seguida. Las siestas más prolongadas lo harán sentirse más cansado y pueden contribuir a los problemas del sueño, como el insomnio.

Con sueño
Es importante reducir al mínimo las siestas | Getty Images

Si su médico lo cree conveniente, intente practicar un ejercicio leve a moderado durante el día. Por ejemplo, realice una caminata de 20 minutos la mayoría de los días de la semana. El ejercicio lo ayudará a estar despierto durante el día, aliviar la tensión, mejorar el estado de ánimo y, con frecuencia, aliviar los problemas para dormir.

Consulte con su médico o enfermero si toma sus medicamentos en los momentos adecuados del día. Como se indicó anteriormente, es mejor no tomar esteroides en la noche.

Si toma mucha cafeína, intente reducir la cantidad lentamente y evite tomar cafeína durante la noche.

Si el dolor le provoca dificultad para dormir, asegúrese de que toma los medicamentos tal y como se los recetaron. Si esto no ayuda a aliviar el dolor, consulte con su proveedor de atención médica.

Si los problemas para dormir se deben a que está preocupado o ansioso debido al cáncer, converse con su proveedor de atención médica o trabajador social, y/o participe de un grupo de apoyo. Intente escuchar música relajante o realice actividades que lo hacen sentir menos tenso (Es decir, cantar, rezar, cocinar, pintar, leer, etc.).

Si se siente deprimido, infórmeselo a su proveedor de atención médica.

Algunas personas han encontrado remedios de venta sin receta médica como aspirina, ibuprofeno, difenhidramina (Benadryl®), Simply Sleep by Tylenol® , o acetominofén con difenhidramina (Tylenol PM® ). Al igual que con cualquier medicamento, debe consultar con su proveedor de atención médica antes de tomarlo.

Otras técnicas para manejar el insomnio

Existen  diversas técnicas de relajación que han resultado útiles para tratar el insomnio. Algunas pueden realizarse sin ayuda. Otras pueden requerir una cinta, un CD o un técnico:

Relajación muscular progresiva: Enseña a la persona a tensionar y relajar sistemáticamente los grupos musculares. El objetivo es relajar todos los grupos musculares y aliviar la tensión para aliviar el insomnio.

Mujer sentada meditando con una vela al lado
La meditación es una buena técnica para manejar el insomnio | Getty Images

Relajación muscular pasiva: Enseña a la persona a identificar la tensión en grupos musculares específicos y a usar frases como “dejar que el músculo se afloje, relaje o se torne pesado”. Esta técnica se puede utilizar en lugar de la relajación muscular progresiva si el dolor es un factor presente.

Meditación: Se centra en la respiración y el comportamiento verbal. La persona repite un sonido al exhalar.

Entrenamiento autogénico: Utiliza afirmaciones que sugieren que varias partes del cuerpo están calmadas, cálidas o pesadas.

Contar: A pesar de que “contar ovejas” es el remedio clásico popular para el insomnio, Las investigaciones sugieren que puede ser efectivo.

Refocalización cognitiva: Incluye reemplazar los pensamientos que causan problemas para dormir al distraer la mente. La persona puede centrarse en una vela perfumada o en el sonido del reloj, desviar los pensamientos que pueden provocar problemas para dormir.

Relajación ocular: La persona debe mover los ojos en diferentes direcciones, manteniendo cada una durante 7 segundos. En el proceso, la persona se centra en otra sensación durante 40 segundos.

Imaginología guiada: Sugiere escenas o acciones en las que la persona se imagina a sí misma. Usualmente requiere una cinta, un CD o un técnico.

Hipnosis: Es similar a la imaginología guiada, sin embargo, se necesita un médico o hipnoterapeuta matriculado para inducir la relajación profunda.