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Mujer embarazada sujetándose la barriga

El embarazo en la adolescencia: una situación compleja y delicada de abordar

Esta es una de las situaciones más delicadas de tratar para padres e hijos en esta etapa vital

El embarazo en la adolescencia cada vez es más común. Son muchas las chicas que se ven ante la tesitura de cómo decirles a sus padres que están esperando un bebé. Lo que debería ser un motivo de gozo, como lo es  la llegada de un bebé, se convierte para muchos jóvenes y padres en un problema.

Embarazo en la adolescencia según la OMS

Para comenzar, debemos saber que la adolescencia, según la OMS –Organización Mundial de la Salud– es la edad comprendida entre los 10 y los 19 años. Desde el primer momento en que a una niña de esta edad le ha venido la primera menstruación, ya corre el riesgo de quedarse embarazada.

Es por esta razón por las que  los padres no deberían ver el sexo como un tema tabú que ocultar a sus hijos, sino que deberían hablarlo de manera abierta para que los jóvenes entiendan la responsabilidad y los riesgos que las relaciones sexuales prematuras conllevan. Además, deberían informar a sus hijos sobre los distintos medios anticonceptivos que hay y por qué siempre deben usarlos.

Además de tener que lidiar con un embarazo no deseado, la adolescente podría tener problemas físicos, según advierte la OMS. Aunque el cuerpo de cualquier mujer está concebido para ser madre, durante esta etapa de la vida su cuerpo aún no está formado del todo, por lo que un embarazo en la adolescencia no solo podría traerle daños físicos a la madre sino también al bebé. De hecho,  se cree que las muertes y malformaciones de recién nacidos alcanzan su más alto porcentaje en los embarazos en la adolescencia.

6 problemas que puede acarrear un embarazo adolescente

Pero  la OMS va más allá y advierte de otros daños y problemas a los que una madre adolescente tendrá que enfrentarse. Estos son algunos:

1. Malformaciones en el feto o problemas de desarrollo

El feto podría tener problemas de desarrollo por no haber sido gestado en un cuerpo terminado de desarrollar, así como riesgo de aborto espontáneo, muerte súbita del bebé o posibles malformaciones.

2. Carencias nutricionales durante la gestación

En el embarazo adolescente se pueden presentar cuadros de mala nutrición. Si una adolescente aún no sabe cómo alimentarse de manera adecuada, ¿cómo lo hará estando embarazada? ¿Y cómo se nutrirá su bebé?

3. Problemas de integración social

Por muy abierta de mente que nos quieran vender que es la sociedad en la que vivimos, una menor de edad con un hijo sigue sin estar bien visto, lo cual puede crear un rechazo hacia la adolescente que la podría sumir en una depresión.

4. Rechazo hacia el bebé

Una adolescente aún no cuenta con suficiente madurez para asumir ciertos roles vitales, por lo que de forma inconsciente no está preparada para encarar determinadas responsabilidades. Por esa razón podría llevarla a rechazar al bebé o incluso sufrir depresión posparto y/o baja autoestima.

5. Problemas con la familia

Hay familias más comprensivas y otras que menos, y aunque, con el paso del tiempo, todas suelen aceptar un embarazo adolescente, esto  suele ser un problema en los inicios, lo cual afectará de forma considerable a la madre y al cuidado del bebé.

6. Fracaso escolar

Los sueños de ir a la universidad para estudiar una carrera o aprender una profesión que convertir en su oficio pueden verse frustrados, pues mientras antes esa podía ser la prioridad de la adolescente, ahora su vida ha cambiado y el cuidado de su hijo requerirá que reordene sus prioridades.

¿Qué papel juegan los padres en un embarazo adolescente?

Si vuestra hija ha venido a contaros que está embarazada, o vuestro hijo se abre a explicaros que la chica con la que sale se ha quedado embarazada, podemos entender que os quedéis en shock, os sintáis frustrados y decepcionados... pero pensad un momento en frío: llegados a este punto ¿qué podéis hacer?

La situación expuesta no es hipotética, sino una realidad, y la decisión acerca de qué hacer a partir de ese momento debería ser de vuestro hijo o hija. Vuestro rol como padres debería ser acompañarle en la toma de su decisión y aportarle vuestra visión desde otros puntos de vista que pudiera no haber contemplado.

De nada sirven los gritos, las peleas, echar cosas en cara y las discusiones. Vuestra hija o hijo necesita vuestra ayuda, y debéis estar preparados para brindársela. Si fuisteis de esos padres que hablaron con sus hijos sobre el sexo sin tabúes, ¡os felicitamos! Ahora toca hacer vuestra aportación de otra forma, pero siempre de la manera más constructiva posible. ¿Cómo?

  • Económicamente. Si la futura mamá aún vive en casa, es obvio que os tocará mantenerla a ella y al bebé, y si ya está independizada, seguramente necesitará vuestra ayuda monetaria para comprar todo lo que el futuro bebé necesite.

  • En los estudios. Se estima que  al menos un 40% de las mamás adolescentes pueden terminar su carrera.  ¿Creéis que puedes ayudar a vuestra hija para que ella entre en ese porcentaje? Tener un hijo no tiene por qué frenar su vida ni matar sus sueños. Si os sentáis y trazáis un plan quizá veáis que entre toda la familia podéis ayudar.

  • Tiempo. Tu hija ha cometido un error, es cierto, pero no olvides que sigue siendo una niña y que está asumiendo una responsabilidad que le viene grande. Quedaros con el bebé de vez en cuando para que ella pueda tomar un café con sus amigos o salir de compras le dará un respiro y le hará más leve la situación.

  • Habla con el resto de la familia. Seguro que vuestra hija está demasiado bloqueada hasta para pedir ayuda. ¿Creéis que podríais hablar con los abuelos, tíos, hermanos, sobrinos o primos que tengáis cerca para que todos podáis ayudar con el bebé a fin de que vuestra hija pueda estudiar o trabajar? ¡Así todos podréis disfrutar del recién llegado!

  • Pautas y guía. Ayudadla a saber cómo tiene que alimentarse durante y después del embarazo, cómo alimentar y cuidar a su bebé, las fases por las que tendrá que pasar, etc. Esta es una nueva experiencia para ella y probablemente se sentirá abrumada. Contar con el apoyo de sus padres seguro que la aliviará mucho.

Todo esto no significa ni mucho menos que quites la responsabilidad de criar a su hijo a tu hija. Debes inculcarle que es su deber cuidar y proteger a su hijo, pero a la vez guardar el equilibrio al darle todo tu apoyo. Como padres, sed el mejor referente que le podáis ofrecer acerca del amor incondicional que se brinda a un hijo. Y no permitáis que la decepción os niegue el placer de disfrutar de ese nuevo miembro de la familia que llega para quedarse.