El cinturón es un elemento de seguridad del coche, entre otras cosas porque reduce el riesgo de muerte hasta en un 80% en caso de accidente. Según la legislación vigente, las mujeres embarazadas no están obligadas a utilizar el cinturón de seguridad. El modelo tradicional supone un gran riesgo para el feto, ya que, en caso de accidente, el peso de una persona adulta puede alcanzar entre 3 y 5 toneladas. Esto significa que el feto recibiría un fuerte golpe en el momento del impacto provocado por el cinturón de seguridad.
Tampoco es recomendable mantenerlo holgado sobre el cuerpo, esto es aplicable tanto si el usuario es una embarazada como si no lo es. El cinturón solo puede cumplir correctamente su función si está en contacto directo con el cuerpo, sin holguras y con la presión generada por su mecanismo de recogida.
Si el cinturón se lleva holgado, en caso de colisión el cuerpo impacta con el propio cinturón, lo cual puede provocar numerosas lesiones en el tórax y abdomen.
En definitiva, el cinturón de seguridad no está prohibido, pero tampoco es obligatorio en las embarazadas. Aun así, se recomienda a las futuras mamás el uso de cinturones especiales que han sido desarrollados especialmente para estos casos y ajustan el cinturón entre los senos y por debajo del abdomen, de manera que ante una colisión el feto no se verá oprimido.
En caso de que una embarazada quiera hacer uso del cinturón de seguridad, deberá hacerlo de la siguiente manera:
- Deberá colocar la banda inferior por debajo del abdomen ajustándose lo máximo posible a la parte ósea de las caderas.
- En cuanto a la banda diagonal, debe ir colocada sobre el hombro, sin rozar el cuello, entre las mamas, sin apoyarse en ninguna de ellas y rodeando el abdomen.
Si quieres saber más sobre este tema, en este artículo de la DGT puedes ver que es lo que NO hay que hacer.