La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, conocida con las siglas EPOC consiste en la obstrucción persistente de las vías respiratorias y puede aparecer en forma de dos trastornos diferentes: el enfisema y la bronquitis crónica. Ambas enfermedades van muy ligadas, suelen presentarse simultáneamente o bien una acaba provocando la otra.
Este es el motivo de que enfisema y bronquitis crónica se agrupen bajo la denominación enfermedad pulmonar obstructiva crónica, de la que podrían considerarse como dos formas de presentación distintas.
Los afectados por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica están más expuestos al riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón que cualquier otra persona. También puede influir en el desarrollo de problemas cardiacos.
Los principales afectados por la enfermedad son las personas expuestas a los dos factores externos que contribuyen en mayor medida a su desarrollo: fumar y trabajar en ambientes contaminados. Por eso la enfermedad incide especialmente entre los mineros de carbón, los que trabajan con cereales, en la metalurgia y otros trabajadores expuestos al polvo.
La enfermedad es más frecuente entre los hombres que entre las mujeres y tiene mayor mortalidad entre los varones. La mortalidad entre las personas que padecen la enfermedad es también mayor en pacientes de raza blanca y entre los obreros, que entre los trabajadores administrativos.
La EPOC también aparece muy frecuentemente en algunas familias, hecho que hace pensar -actualmente se está estudiando-que podría existir una tendencia genética.
Hay varios factores externos que pueden provocar y agravar la enfermedad. Por orden de importancia son:
Fumar: La causa más importante de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica es, sin duda alguna, el tabaco. Con el paso de los años, la función pulmonar se pierde más rápidamente entre los fumadores. Los fumadores de cigarrillos son las que más posibilidades tienen de contraerla, seguidas de los fumadores de pipa y cigarros.
Dado que el riesgo que entraña el tabaco es muy grande, la mejor manera de curarse en salud es no fumar. También se ha demostrado que los hijos de padres fumadores padecen muchas más enfermedades respiratorias que los de padres no fumadores: estos niños se convierten en fumadores pasivos y están predispuestos a padecer bronquitis crónica de adultos.
La polución atmosférica: La polución atmosférica también entraña riesgos. El monóxido de carbono y el óxido de sulfuro procedentes de la combustión de gasolina, los hidrocarburos de los automóviles o el ozono, por citar unos ejemplos, producen irritación de las vías respiratorias y dificultan el transporte del oxígeno por el cuerpo.
La bronquitis crónica, de hecho, es dos veces más frecuente en las zonas industriales y en las grandes ciudades que en el campo. Este factor, combinado con el anterior, el tabaco, es la causa principal de la mayor parte de casos de enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Infecciones: Aunque está fuera de dudas que raras veces una infección es la causa inicial de la EPOC, sí que puede afirmarse que una infección puede ser la responsable de que se agrave una irritación previa desencadenada por los dos factores anteriores. Una infección también puede desencadenar brotes posteriores de la enfermedad. Si durante la infancia se han sufrido repetidas infecciones pulmonares, el adulto estará más predispuesto a la EPOC.
Trabajar en un ambiente contaminado: Desarrollar la actividad laboral o pasar mucho tiempo en ambientes contaminados por vapores químicos o polvo no tóxico puede llegar a causar la enfermedad. Las emanaciones de gases en industrias también pueden influir.
La enfermedad tiene, principalmente, dos estadios:
En las primeras fases de la enfermedad, la concentración de oxígeno en la sangre está disminuida, pero los valores del anhídrido carbónico permanecen normales.
En las fases avanzadas, cuando la enfermedad es más grave, los valores del anhídrido carbónico se elevan mientras que los del oxígeno siguen disminuyendo.
La EPOC se manifiesta de distintas formas, tanto en el caso de la bronquitis crónica como del enfisema, y los síntomas iniciales pueden aparecer al cabo de 5 o 10 años de fumar o de estar expuesto a gases contaminantes:
Tos y aumento de la mucosidad, normalmente al levantarse por la mañana.
Tendencia a sufrir resfriados de pecho.
El esputo que se produce durante estos resfriados con frecuencia se vuelve amarillo o verde debido a la presencia de pus. A medida que pasan los años, estos catarros de pecho se vuelven más frecuentes.
Respiración sibilante.
Sensación de ahogo cuando se hace un esfuerzo y, más adelante, ahogo en actividades diarias, como lavarse, vestirse y preparar la comida.
Pérdida de peso importante.
Hinchazón en las piernas.
Para hacer un diagnóstico correcto se requiere un aparato denominado espirómetro, que mide el volumen espiratorio máximo por segundo. Solo con este aparato se puede demostrar la obstrucción o reducción del flujo de aire que padece una persona que haya contraído la enfermedad.
El tratamiento es distinto en pacientes que padecen obstrucción respiratoria leve que en los que tienen una obstrucción moderada o grave. Por eso, es obligado consultar con el médico y seguir con regularidad los consejos que los profesionales de la salud indiquen, de acuerdo con el estadio en que se encuentre la enfermedad.
Las distintas posibilidades de tratamiento son las siguientes:
Dejar de fumar.
Tratar de evitar la exposición a partículas irritantes en el aire.
Vacunarse contra la gripe cada año, además de recibir una vacuna antineumónica cada seis.
Usar broncodilatadores para reducir el espasmo muscular.
La inflamación en las vías aéreas puede disminuir mediante el uso de corticosteroides, pero solo un 20% de pacientes responden a ellos.
Evitar la deshidratación bebiendo suficiente líquido puede prevenir las secreciones espesas y ayuda a mantener la orina clara.
La administración de oxígeno ayuda a disminuir el ahogo que sienten los enfermos cuando realizan actividades diarias.
En pacientes con un déficit grave de la proteína alfa1-antitripsina se puede sustituir la proteína que falta mediante infusiones intravenosas semanales.
En personas con enfisema grave se puede hacer una cirugía conocida como reducción del volumen pulmonar, opción viable solamente en las primeras etapas de la enfermedad.
Hacer ejercicio, ya sea en casa o mientras se está ingresado en el hospital.
La única manera de prevenir la enfermedad es no exponerse a los factores de riesgo que la originan. Como se ha dicho, estos factores son el tabaco y los ambientes contaminados. Por eso, para prevenir la enfermedad pulmonar obstructiva crónica es fundamental no fumar.
También es muy importante mantener un buen estado de salud general, realizar ejercicios y seguir una dieta sana para aumentar la resistencia del cuerpo a las infecciones.
La filosofía de la práctica del ejercicio es la siguiente: los pacientes que sufren la enfermedad pulmonar obstructiva crónica necesitan energía extra para poder respirar. Si se usa esa energía de manera más efectiva para respirar, el paciente tendrá más energía restante para llevar a cabo sus acciones diarias y para participar en nuevas actividades. Las mejorías en la respiración pueden conseguirse, en gran medida, haciendo deporte, pero es muy importante que los ejercicios se hagan bajo supervisión médica y con el asesoramiento de especialistas.
El ejercicio, a todos los niveles, mejora la utilización del oxígeno, la capacidad de trabajo y la mentalidad de los pacientes que sufren la enfermedad. Las actividades de bajo esfuerzo son más fáciles de practicar, para estos enfermos, que las actividades de alta intensidad.
Algunas normas y consejos sobre nutrición apropiada para enfermos de EPOC son:
Comer alimentos de todos los grupos: frutas, vegetales, lácteos, cereales, fibra, proteínas.
Limitar la ingesta de sal y de bebidas con cafeína.
Evitar alimentos que provoquen gases o sensación de pesadez.
La comida principal del día debe hacerse a primera hora para aportar energías al organismo.
Optar por comidas fáciles de preparar.
No ingiera productos de escaso valor nutritivo.
Si utiliza oxígeno, no deje de hacerlo mientras come ni inmediatamente después: supone un aporte de energía para realizar el proceso digestivo.
Es importante que el acto de comer se realice en un entorno relajado.
Muchos pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica presentan, a veces, ansiedad, depresión y aislamiento social debido a las limitaciones que la dolencia les impone. La percepción de su cuerpo cambia, se sienten más solos, se crea un concepto negativo de la persona y aparece, en muchos casos, la disminución de la autoestima. A veces incluso cambia la relación del enfermo con la familia y los amigos.
La rehabilitación pulmonar pretende combatir, en la medida de lo posible, los efectos negativos que se derivan de la EPOC, combinando ejercicios de entrenamiento con programas educativos y de comportamiento para mejorar la vida del paciente día a día. Además de mejorar la actividad diaria, la rehabilitación pretende que el enfermo sea independiente.
Un buen plan de salud para cualquier persona con bronquitis crónica debe incluir, además del ejercicio físico, las siguientes reglas básicas:
Visitar al médico ante cualquier principio de resfriado o de infección de las vías respiratorias.
El paciente debe preguntar al médico si se debe vacunar contra la gripe y la neumonía neumocócica.
Participar en programas educativos, que consisten en aprender los detalles sobre la enfermedad, las posibilidades de tratamiento, sus consecuencias, etcétera, para poder enfrentarse mejor a ellas. Estas clases incluyen también información varia: cómo funciona el pulmón, qué medicamentos se utilizan para tratar la EPOC, en qué consiste la terapia de oxígeno, cómo funcionan los inhaladores, entre otros aspectos…
Recibir soporte psicológico por parte de profesionales de la salud, ya sea mediante programas educativos individuales o tratamientos de grupo.