Usar el cinturón de seguridad, conducir a una velocidad adecuada o mantener distancias, en la carretera toda precaución es buena si se trata de prevenir accidentes y salvar vidas con ello.
La Dirección General de Transportes (DGT) dispone de diferentes mecanismos para garantizar la seguridad vial y minimizar las víctimas mortales.
Uno de ellos es evaluar la capacidad física para poder conducir un vehículo. Por esta razón, los códigos de circulación prohíben que los conductores con ciertas condiciones médicas conduzcan.
Todas aquellas enfermedades que afectan a la capacidad de usuario para conducir correctamente suponen una multa. Estamos hablando ni más ni menos que de hasta 6.000 €.
Esta cantidad se reduce a 200 € para quienes continúen conduciendo y hayan obtenido el permiso de conducir antes del inicio de la enfermedad.
Todas las que supongan el impedimento de conducción. Entre estas se encuentran el trasplante renal y la nefropatía con diálisis.
En el primer caso, la licencia puede renovarse si han transcurrido más de seis meses desde la intervención.
En cuanto a la enfermedad renal, no se puede descartar si el conductor tiene un buen informe médico, este puede tener una vigencia de conducción de 1 a 10 años.
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Las dolencias oncológicas permiten la renovación de la licencia dentro de uno a cinco años si no hay síntomas.
Las enfermedades neoplásicas de la sangre también permiten la renovación de la licencia. Pero tan solo por un año y al menos tres meses sin enfermedad grave.
Por otro lado, a las enfermedades vasculares les sucede algo similar. Los paseos están prohibidos solo si existe el riesgo de ruptura de un vaso sanguíneo.
Los conductores solo pueden renovar su licencia por 1 a 10 años si la condición es un aneurisma de un vaso grande; de uno a dos años si se debe a un aneurisma de grandes vasos o disección, pero deberán transcurrir seis meses desde la cirugía.
A las enfermedades crónicas y degenerativas les pasa lo mismo. En referencia a las respiratorias, si el conductor tiene apnea del sueño, las licencias de conducir se pueden extender hasta por tres años.
Eso sí, siempre y cuando tenga un informe médico favorable. Sin embargo, no podrá renovar la tarjeta si la condición es dificultad para respirar permanente en reposo o ejercicio ligero.
En caso de las neurológicas, si el piloto tiene un ataque isquémico transitorio y tiene un buen informe, su licencia puede extenderse por un año. No se puede renovar si sufrió una crisis o pérdida de conciencia en el último año.
EL COVID-19 ha tenido un impacto significativo por lo que hace a la salud mental de muchas personas.
La ansiedad, el estrés, la depresión y la soledad son solo algunas de las experiencias emocionales que gran parte de la población mundial han reportado durante y después de la pandemia.
Aunque siempre han estado ahí, hoy en día las enfermedades psiquiátricas están en auge. Estos trastornos mentales afectan el pensamiento, el estado de ánimo y el comportamiento de una persona.
Mientras se conduce, se necesita mantener el control físico y emocional. Y dichas experiencias nombradas anteriormente pueden hacer que tomemos malas decisiones mientras conducimos. Pero más allá de eso, está el miedo, que puede paralizarnos.
Todas estas son emociones que debemos manejar porque están a nuestro alrededor en todo momento. Aun así, es crucial tratar de mantener una buena salud mental mientras se sube al automóvil.