El salto del instituto a la universidad es un paso muy importante que marcará el futuro de muchos estudiantes, los cuales serán los trabajadores del futuro. Por ello, la elección de la carrera universitaria es esencial para desarrollar una vida profesional acorde a nuestra vocación y expectativas.
Sin embargo, también se trata de una decisión muy difícil en la que intervienen muchos factores: económicos, vocacionales, geográficos y, por qué no decirlo, sentimentales. En un momento tan importante, muchas personas de tu entorno tratarán de ayudarte o aconsejarte, pero hay una cosa que debes tener clara: la elección debe ser tuya.
A continuación te mostramos algunos de los errores más comunes al elegir una cerrera universitaria para que no caigas en ellos y estudies aquello que te apasiona.
Como ya te hemos avanzado, en esta decisión habrá mucha gente que trate de influenciarte. Por ejemplo, tus amigos. No será la primera y última vez que alguien elige una carrera por el simple hecho de no separarse de los amigos del instituto. Otros se dejan llevar por las opiniones de los demás: "esta carrera es más o menos difícil" o "esta carrera tiene más o menos salidas". Las recomendaciones se pueden tener en cuenta, pero no hace falta seguirlas.
En muchas ocasiones son los propios padres o familiares quienes presionan intentando que curses la carrera que a ellos les haría ilusión. Los padres tienden a proyectar sus sueños y anhelos en sus hijos, y a veces adoptan posturas muy intransigentes bajo la excusa de "yo sé lo que es mejor para ti". No permitas que eso te haga renunciar a lo que de verdad te gusta. Seguramente al principio se sentirán decepcionados, pero con el tiempo lo comprenderán y aceptarán.
Otro error. Eso es enfocar nuestro futuro a demasiado largo plazo. Las cosas cambian con el tiempo, y una carrera con muchas salidas puede tener menos en el futuro, y viceversa. Además, ¿De qué sirve estudiar una carrera que no te gusta aunque tenga muchas salidas? ¿Para trabajar toda la vida en un sector que no te hace feliz profesionalmente? No compensa.
La juventud hace que los futuros universitarios actúen con impulsividad y precipitación a la hora de elegir su carrera, sin pararse detenidamente a valorar las opciones con las que cuentan. Son muchas las variables que se han de tener en cuenta, y en una decisión tan importante, la precipitación nunca es buena consejera.
Créenos, compensa mucho más estudiar un poco más algo que te apasiona, que tener que estudiar menos de algo que te aburre soberanamente. Recurriendo al tópico, a veces lo fácil resulta difícil. Y olvidar tu vocación para elegir la opción más fácil tiene una definición: cobardía
¿De veras quieres estudiar una carrera universitaria? Hay otras opciones que también pueden resultar útiles para tu futuro, como cursar algún módulo de formación profesional. Una carrera universitaria supone mucho gasto y años de estudio, así que valora si es lo que quieres realmente y si estás seguro de llegar al final.