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España: país de PYMEs (o cómo la (des)unión (no) hace la fuerza)

El porcentaje de PYMEs respecto al total de empresas en España es demoledor

No sé cuántos artículos habré escrito ya hablando de todo esto. Busquemos economías de escala, seamos eficientes. Y más en un país donde el ocio y el turismo debieran tener unas economías de escala brutales para explotar este “petróleo” que tiene España. No existen grandes cadenas de restauración u hoteleras en España.

Por cierto, un último indicio de por dónde van muchos problemas: el 50% de las pequeñas empresas no sobrevive más allá de cuatro años y la tasa de supervivencia baja al 25% a 10 años vista.

España es un país de PYMEs. Ya sabemos todos esas estadísticas tan llamativas que el empleo lo generan las PYMEs, que hay que impulsarlas, etc. Pero no mezclemos churras con merinas. 

Lo escribo, además, ahora que el Washington Post ha publicado un demoledor artículo (luego vuelvo a ello) sobre las dificultades que tiene montar un negocio en España (costes laborales, a la cola en cuanto a facilidad de abrir un negocio, establecimiento de un plan de stock options, tiempo de demora en la apertura de un negocio, etc.). Lo de siempre, vamos, aunque como señalaban en Pymes&Autónomos, quizás un tanto desacertado en cuanto a períodos (no lo llego yo a tener tan claro).

Si uno oye los discursos políticos de nuestras señorías, diría que la solución de España es tener aún más PYMEs. He oído desde que España necesita que aparezcan miles de nuevas PYMEs que acaban emigrando a Silicon Valley, hasta que deberíamos instaurar la política de emprender en el garaje tan americana. Todo lo que voy a contar en este artículo viene de una vez que estuve echando vistazo a este informe de la OCDE.

En España el número de empresas está en caída libre

- El porcentaje de PYMEs respecto al total de empresas en España es demoledor: un 99,9% de empresas en España son PYMEs. Es decir, que las grandes, las 58 competitivas, las productivas, son un 0,1% del total.

- 58 PYMEs por cada 1.000 habitantes (la media en la UE-27 es de 40).

- Un 78,7% de los empleados en España trabaja en una PYME (frente al 67,1% de la UE-27).                                        

Por traducir a palabras lo anterior:

- Finanzas: La única área en el que las PYMEs españolas gozan de mejor salud que las vecinas de la UE (cómo estarán entonces estas…).

- Internacionalización: Misma media que los vecinos de la UE.

- Emprendimiento: Debajo de la media.

- Administración competente: Debajo de la media.

- Habilidades e innovación: Debajo de la media.

- El resto de categorías, no se pudo calcular la media de la categoría, pero los indicadores de España eran bastante poco favorables.                                 

En definitiva: A mayor tamaño de empresa, mayor productividad y mayor número de exportaciones. ¿Os suena eso de que España tiene que aumentar sus exportaciones y su productividad?

Trabajador de una pyme
A mayor tamaño de empresa, mayor productividad y mayor número de exportaciones | Getty Images

Reflexiones de las PYMEs en España

Cuando se habla sobre las “recetas para España”, se habla de cosas como dejar de “subsidiar” la demanda de otros países y que se exporte más. Es decir, empezar a fabricar artículos que la gente en el extranjero esté dispuesta a comprar a las empresas españolas. 

Esto no es fácil. Muchas empresas tendrán que desaparecer, muchos trabajadores tendrán que dejar su sector para comenzar a trabajar en otro y los precios y los salarios en España tendrán que crecer a un ritmo más lento que los de nuestros socios comerciales. Vamos, la destrucción creativa y la devaluación interna de la que tanto se habla últimamente. 

Otra línea alternativa es que el BCE crease inflación en la zona Euro (un 4% durante unos pocos años, por ejemplo), y así podrían ajustar los gaps de competitividad. O, intentar mejorar la competitividad produciendo lo mismo a menor coste. Pero esto es más a largo plazo, ya que implica reformas estructurales (se me ocurre la reforma del mercado de trabajo o liberalizaciones varias, entre muchas otras). Pero… ¿Hemos pensado en todo esto a tenor de los gráficos anteriores?

Competitividad, destrucción creativa o devaluación interna…. en un país que tiene muchas PYMEs no sé hasta qué punto es la solución a todos los problemas. Con un tejido empresarial tan atomizado, es muy difícil que estas sean competitivas. Las grandes empresas son bastante más eficientes. 

No he encontrado todavía ninguna investigación que me dé la explicación a este fenómeno. Quizás el marco institucional tenga mucho que decir, ya que hacer más grande tu empresa es difícil, porque implica negociaciones colectivas, tipos de contratos que te permitan estabilidad, políticas de expatriación, tener que pagar el IVA trimestralmente incluso antes de haber cobrado la factura, etc.

Imagen de pequeña empresa
El 50% de las pequeñas empresas no sobrevive más allá de cuatro años | Getty Images

También creo que las PYMEs en España no crecen porque la planificación es muy cortoplacista, y creo que en ello tiene bastante que ver el marco institucional. Este cortoplacismo hace que muchas se dediquen a sectores de baja cualificación (para qué abrir una firma de ingeniería donde tenga que crear contratos indefinidos para retener el talento pudiendo montar un chiringuito de playa con contratos temporales).

Que a Alemania le vaya tan bien y a España no tanto, no es porque Alemania haya encontrado dólares en una minas de Mayen o en la región del Ruhr. Los Homo Sapiens respondemos con base en incentivos, y si el marco institucional nos da más estabilidad por generar contratos laborales… pues ahí el resultado.

Seguramente las grandes empresas exportan tanto por el plus de productividad. Estas exportaciones permiten que la empresa aprenda a ser aún más eficiente, incrementando así más la productividad. La productividad también se deriva de las grandes aglomeraciones de población con densidades altas. Si vivimos más cerca unos de otros y otras industrias, nuestra productividad aumenta. Los estudios estiman que estas aglomeraciones aumentan la productividad entre un 10 y un 30%.

Quizás todo esto también tenga que ver con las raíces, el Path Dependence, vamos (algo de ello comenté aquí). En España, como en el resto de los países latinos, el concepto de “fuerte” anglosajón/nórdico es una especie de fetiche.

El papel de la UE

El otro día leía que la Unión Europea prepara una norma que podría eximir a las microempresas de presentar las cuentas en el Registro Mercantil. Busca reducir cargas administrativas para las empresas que tengan menos de 10 empleados, facturen menos de un millón de euros o tengan un tamaño de balance menor a los 500.000 euros. Aproximadamente, el 85% de las empresas europeas cumplen estos supuestos. En España, como hemos visto antes, no vendría nada mal estas reformas.

La Alianza de Empresas Pequeñas Europeas (ESBA) calcula que podría suponer un ahorro de hasta 6.300 millones de euros anuales. Los trámites administrativos en general y la burocracia documental en particular, son un verdadero lastre. 

Cumplimentar las cuentas trimestrales, el registro y las obligaciones fiscales, la prevención de riesgos laborales, la de protección de datos, transporte, consumo, etc. Legislaciones que producen más inseguridad (¿más trabajo que no aporta “valor añadido”?) jurídica que seguridad.