Es el momento de plantearnos algunas preguntas clave.
- ¿Cuál es la esperanza matemática de la quiniela? No es una pregunta fácil de responder de forma genérica porque esta puede variar mucho jornada tras jornada en función del número de apostantes, número de acertantes, sorpresas futbolísticas que se produzcan, etc. Este es un valor que hay que calcular para una jornada concreta si queremos que sea realmente útil.
- ¿Es posible realizar una estimación de la esperanza matemática para una jornada concreta? Sí, gracias a los pronósticos de todos los jugadores y a las webs de apuestas es posible calcular una estimación de la esperanza matemática. Se hace incluso a nivel de partido, la EM global es la suma de cada una de las EM de cada partido.
Hay un pero, las probabilidades obtenidas no son probabilidades reales, sino subjetivas al ser pronósticos de la gente. Pero se puede ir más allá. Es un tema largo de explicar y del que se puede hablar largo y tendido pero, resumiendo, es posible realizar un análisis matemático del histórico de pronóstico de jugadores y de los resultados reales, a partir del cual se pueden transformar esas probabilidades subjetivas en probabilidades reales.
Investigando un poco en foros se pueden encontrar sorpresas como que las probabilidades reales siguen una distribución normal con una media y desviación típica calculadas, y que una probabilidad subjetiva puede convertirse en una real dentro del valor que le corresponde en esa distribución normal.
- ¿Es posible jugar a la quiniela como quien invierte un gran capital en bolsa o en mercados especulativos? La respuesta es sí, por algo existen las peñas de quinielistas. Cada peña tiene su método al igual que cada maestrillo tiene su librillo pero, gracias a la esperanza matemática, en principio es posible llegar a un punto en el que es posible reducir todos los sucesos estocásticos y futbolísticos a exclusivamente criterios de rentabilidad.
Este método requiere inversiones bastante grandes, que los apostantes particulares e incluso la mayoría de las peñas no pueden permitirse. En palabras de Garcia Pelayo (“el saqueador de casinos”) la quiniela es rentable con una inversión gigantesca y constante siempre que se siga la norma universal de juego científico para cada partido.
- ¿Se puede aplicar la esperanza matemática en inversiones pequeñas? Por supuesto que sí, pero en apuestas pequeñas siempre es necesario un filtrado previo en cuanto a las posibilidades de pronóstico realizado que es una posibilidad más de fallo.
La conclusión principal es que lo más racional para sacar rentabilidad en la quiniela (si se juega muchas veces) es tratar de maximizar la esperanza matemática, que en la práctica se traduce en hacer pronósticos que no sean los más probables ni los más improbables. Para poder sacar rentabilidad de la quiniela, otros tienen que perder. Hay que acertar cuando los demás fallan.
A primera vista lo más racional parece ser apostar por lo más probable, pero no es así. Si apostamos a lo que la mayoría de la gente apuesta, habrá tantos acertantes que los premios se reducen tanto como para no poder recuperar la inversión.
Por el contrario, si apostamos todas las jornadas por las máximas sorpresas futbolísticas, es tan improbable que suceda que lo más seguro es que no nos toque nunca. Por ello la mentalidad a tener en la quiniela es hacer aquel pronóstico que maximice la EM, buscando las sorpresas justas y necesarias, las más rentables.
Otra conclusión que podemos sacar es que aplicando EM vamos a tener menos aciertos totales, pero con más calidad. Sale más rentable un acierto de calidad que varios aciertos pequeños, hay que tener la mente preparada para muchos fallos.
Terminadas las reflexiones, voy a resumir en un sentido más práctico cómo invertir una pequeña cantidad en la quiniela de forma racional. Antes voy a contaros un caso de un conocido que logró acertar 14 en la quiniela (aquel año no había pleno al 15, qué pena) la primera vez que lo intentaba de esta forma, ¡Mejor debut imposible! También era la primera vez que utilizaba el programa informático que nunca podrá olvidar (Premium!3), ¡Eso sí que merece un auténtico WOW de primer uso!
No es que se hiciera rico, al haber varios acertantes esa jornada, el premio solo se quedó en casi dos millones de las antiguas pesetas (suena mejor así que en euros), pero para una inversión de unos 36€ no me puedo quejar.
Podía haber ganado bastante más en caso de que se hubiera dado una sorpresa que tenía incluida en el pronóstico, o también podía haber ganado menos en el caso de que el árbitro no hubiera anulado un gol al rival del F.C. Barcelona en el último minuto que suponía el empate.
Sí, ironías del destino, el acierto de 14 dependía en el último momento del resultado del F.C. Barcelona jugando fuera de casa, pudiendo ver el partido en directo apagó todas las radios y televisores y miró el resultado final en livescore. Desde entonces no ha vuelto a repetirlo. No juega todas las semanas, solo de vez en cuando, pero algún acierto de 12 sí que ha logrado.
Lo primero que necesitamos para una inversión racional son las herramientas adecuadas, todo el método puede hacerse a mano, pero es muy tedioso. Hay muchas alternativas, aunque esta persona recomienda Premium!3, aunque actualmente ya están en la versión Premium!2011. También tenemos alternativas open source muy buenas como Free1X2.
El primer paso es realizar un pronóstico en base a nuestros conocimientos futbolísticos. Hay muchísimas formas de hacerlo, la que esta persona hizo fue 8 triples + 2 dobles + 4 fijos. Es algo muy personal en cuanto al riesgo que queramos asumir. Otros prefieren jugar menos fijos o más dobles, tenemos mucha flexibilidad, pero está claro que cuanto más queramos asegurar, mayor inversión es necesaria para garantizar buenos porcentajes después de la reducción matemática final.
El siguiente paso es realizar un filtrado sobre todas las combinaciones de nuestro pronóstico. Uno de los filtros más comunes es jugar con el número de variantes finales (una variante es una X o un 2 en el resultado de un partido).
Utilizando como aliado a toda la base de datos histórica de quinielas, se puede calcular el patrón de que en más del 95% de las veces el número de variantes del resultado de una quiniela está entre 4 y 10, por lo que descartamos todas las combinaciones que no cumplan esta condición esperada.
Otro filtro que a él le gustaba bastante utilizar para conseguir mejores porcentajes finales, era asignar columnas probables de dobles dentro de los triples permitiendo cierta tolerancia de errores. Acertando por ejemplo al menos 6 dobles, cualquiera dentro de los 8 triples se puede realizar una muy buena optimización de las combinaciones generadas a costa de una probabilidad de fallo de pronóstico un poco mayor.
Como no podía ser de otra forma, la esperanza matemática es una opción muy interesante para realizar un filtrado adicional. Las herramientas permiten hacer un análisis de rentabilidad para cada partido, a través del cual podemos filtrar solo aquellos valores que nos son favorables en términos de coste/probabilidad.
Hay muchas más opciones de filtrados posibles, una vez que hemos seleccionado todos los deseados llega el momento clave de hacer la reducción matemática final. Esto es lo que nos permite jugar con pequeñas inversiones.
Aún con todos los filtros comentados, las combinaciones necesarias para garantizar un premio máximo requieren una gran inversión. Las reducciones matemáticas nos permiten garantizar premios menores, pero seguir teniendo a tiro los premios mayores.
A modo de ejemplo, con una inversión de unos 30-40 €, unos filtros adecuados y en el caso de acertar todos los pronósticos realizados (lo más importante), podemos tener asegurado un premio de 12, un porcentaje aceptable de 13 y seguir teniendo a tiro el de 14.
- No juguéis lotería de navidad ni lotería del niño; mejor invertid ese dinero en una buena quiniela donde se puede hacer una apuesta más racional y mucho más divertida.
- Si queremos ser racionales en cualquier juego de azar, previamente debemos averiguar la cantidad en premios, probabilidades y calcular con precisión cuál es nuestra esperanza matemática. Es posible que no nos toque nada, pero al menos habremos hecho todo lo que está en nuestras manos para mejorar nuestras posibilidades.
- Para ser racional jugando a la quiniela es necesario que juegue mucha gente no racional, bonita contradicción.