No hay nada que los padres teman más que algún síntoma que indique que su hijo pueda estar sufriendo una infestación por oxiuros -o, lo que es lo mismo, las temidas lombrices intestinales.
Se trata de una infección más común de lo que se piensa, sobre todo en la etapa infantil (especialmente durante la edad escolar), pero que también podemos sufrir los adultos en cualquier momento de nuestras vidas.
¿Qué son las lombrices intestinales exactamente? ¿Cómo se contagian? ¿Se puede prevenir la infección? Y, en caso de producirse, ¿cómo se pueden eliminar y tratar? Te revelamos todo lo que necesitas saber sobre las molestas e incómodas lombrices.
“Lombrices intestinales” es como popularmente se conoce a la infección del intestino provocada por una serie de parásitos considerados como los más frecuentes y abundantes en nuestro medio.
Los tipos de lombrices intestinales más comunes son oxiuros (Enterobius vermicularis), Ascaris lumbricoides y Trichuris trichiura, que tienen características propias y pueden provocar síntomas diferentes.
Son considerados como los parásitos más grandes. Poseen un tamaño similar al de un lapicero de pequeño tamaño, y en la mayoría de las ocasiones suele no causar síntomas.
De hecho, en muchos momentos son los padres quienes realizan el descubrimiento sorprendidos al observar el parásito en el vómito o en las heces del pequeño.
Son unos parásitos que poseen un tamaño menor a los anteriores. Suelen tener un centímetro o menos de largo y, a diferencia de los áscaris, los oxiuros sí suelen producir síntomas y molestias mucho más evidentes.
Por ejemplo, como conoceremos próximamente en el apartado dedicado a ello, ocasionan picor en el ano durante la noche, además de otras señales relacionadas. La infección por Enterobius vermicularis es conocida como “oxiuriasis”.
Su infestación es conocida médicamente con la denominación de trichuriasis. Se trata de un parásito de mayor tamaño, capaz de alcanzar los 4 centímetros de longitud.
Habita en el intestino grueso, y suele ocasionar síntomas más graves, en comparación con los áscaris u oxiuros: pérdida de peso, anemia, diarrea crónica y flatulencias.
El término médico más correcto es en realidad infección por oxiuros u oxiuriasis (si el contagio se produce por oxiuros), o infección por áscaris o ascariasis (si el contagio se produce por el parásito ascáride).
Como decíamos, la oxiuriasis es una infección intestinal ocasionada por gusanos parasitarios de pequeño tamaño. Es, de hecho, la infección más común, aunque también puede ser causada por el contagio de áscaris.
Sea como fuere, en el caso de uno u otro, la infección se produce habitualmente tras la ingestión de alimentos o tierra contaminada, y también a través de la ropa interior, el polvo u objetos que contienen los huevos del parásito.
Por ejemplo, el contagio por lombrices intestinales es más común en la edad escolar porque los niños suelen chuparse los dedos o los objetos contaminados, de manera que se infectan y reinfectan una y otra vez. Además, ya que las lombrices intestinales como los oxiuros suelen producir picor del ano durante la noche, es habitual que el niño se despierte y se rasque, a la vez que contamina las manos y las uñas con los huevos microscópicos. Debido a ello, se reinicia un nuevo proceso de infección.
Cuando se produce el contagio, los huevos del parásito entran en el sistema digestivo, abriéndose posteriormente en el intestino delgado, donde las larvas continúan avanzando hasta alcanzar el intestino grueso. Es en este órgano donde tienden a aposentarse con las cabezas adheridas a sus diferentes paredes internas (convirtiéndose en auténticos parásitos).
Luego, pasados 1 o 2 meses, las hembras se desplazan desde el intestino grueso hasta la zona situada alrededor del recto, donde depositan los huevos.
En caso de producirse el contagio, además de seguir el tratamiento médico adecuado, se recomienda lavar tanto la ropa de cama como la ropa interior con agua muy caliente. Así, conseguiremos destruir los huevos que los parásitos han dejado en la ropa.
Mientras que la infección causada por áscaris suele no producir síntomas, de forma que pasan desapercibidos y el diagnóstico lo llevan a cabo los padres al observar el parásito en las heces o en el vómito, no ocurre lo mismo con la infección causada por oxiuros.
En estos casos, a veces, suelen darse síntomas como dolor abdominal, falta de apetito y, en las niñas, vulvovaginitis a consecuencia del rascado.
Pero, sobre todo, hay un síntoma que suele servir de señal de alarma para muchos padres: el picor del ano, el cual surge durante la noche. ¿Y por qué ocurre, y sobre todo durante las horas nocturnas? Habitualmente es debido a que la hembra del parásito sale a poner sus huevos en los márgenes del ano.
Es en estos casos cuando los niños se despiertan, duermen mal, y además tanto el ano como sus alrededores se muestran enrojecidos debido al rascado nocturno.
Existen algunos consejos básicos que pueden ser de grandísima utilidad a la hora de prevenir un posible contagio y posterior infección por lombrices intestinales. Son los siguientes:
Lávate las manos a menudo, especialmente después de haber ido al baño (por ejemplo, tras usar el inodoro), o haber tocado cualquier objeto fuera de casa, y antes de comer.
Cámbiate de ropa interior a menudo.
Mantén las uñas cortas y limpias.
Evita ponerte los dedos en la boca.
Lo cierto es que aunque tanto sus síntomas (como encontrarse los parásitos en las heces o en el vómito) suelen alarmar muchísimo, lo mejor es intentar no preocuparnos. Es más, el tratamiento médico de las lombrices es en realidad muy sencillo.
Después de haber sido prescrito por el médico tras su debido diagnóstico, basta con una sola dosis de un medicamento. En ocasiones se recomienda repetir la misma dosis 15 días después, ya que es el momento en el que los posibles huevos existentes en el momento de tomar el primer medicamento eclosionan.
El medicamento más común y conocido en España es el Lomper (Mebendazol), útil para el tratamiento de la parasitosis intestinal, al ser un fármaco antihelmíntico, lo que se traduce en que es útil para el tratamiento de las helmintiasis -es decir, las infecciones por lombrices o helmintos y vermes. Está recomendado en infecciones por enterobiasis (oxiuriasis) y ascaridiasis, además de trichuriasis, anquilostomiasis y necatoriasis.