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Niña jugando con lápices de colores

Los autistas procesan la información visualmente

La experta en autismo Margaret Lansing afirma que la organización física de las aulas es fundamental para niños autistas.

Los niños autistas son más conscientes de las imágenes de su entorno -que perciben y recuerdan mejor- que de los sonidos. Este hecho hace que para poder captar mejor su atención, tanto en el ámbito familiar como en el escolar, se recurra a organizaciones visuales que hacen que el niño se sienta más cómodo.

"La organización física en las aulas ayuda a los niños autistas a concentrarse mejor porque la información que reciben la procesan visualmente y no con el oído", ha manifestado Margaret Lansing, terapeuta psicoeducativa y supervisora del Programa Teacch del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos), y una de las asistentes al V Encuentro Internacional sobre Autismo, celebrado en Burgos y organizado por la asociación Autismo Burgos.

La experta aconseja la utilización de estructuras visuales por parte de los docentes, "que ayudarán al niño a entender mejor y a sentirse cómodo". Por este motivo, Lansing considera que la atención específica a los autistas en los centros de educación debe incidir en su habilidad para concentrarse en los aspectos importantes de las cosas, que son los que les proporcionan la información necesaria para guiar su actuación en la clase.

El hecho de que estas personas sean con frecuencia muy conscientes de los elementos visuales de su entorno -los perciben y los recuerdan fácilmente- permite que las estructuras visuales puedan ayudar a organizar los eventos y los materiales en la clase.

Esta organización se concreta, según Lansing, en una distribución física del espacio de la clase, estableciendo zonas para las actividades de grupo, para el trabajo y la atención individual, y para el juego libre; en calendarios, que minimizan los problemas de memoria que tienen los niños en cuanto a las secuencias de actividades del día, y en sistemas de trabajo, que incluyen la organización de los materiales de aprendizaje y la secuencia del cumplimiento de tareas.

La experta cree que este modo de organización sirve para que los autistas se concentren mejor en las actividades de la clase. "No solo son útiles en el aula, sino que muchos padres han descubierto que los mismos principios de organización visual de los centros educativos ayudan a que el niño se concentre en el hogar, permitiéndole vivir de un modo más independiente y libre de la supervisión crítica de los adultos", añade la terapeuta.

Integración familiar

Las características del autismo constituyen un factor añadido de tensión para los padres de estos pacientes y provocan un nivel de estrés más alto que cualquier otro tipo de trastorno, ha señalado Donata Vivanti, presidenta de la Asociación Internacional de Autismo de Europa y de Autismo Italia, durante su intervención en el encuentro sobre autismo.

Familia haciendo el símbolo del corazón
La integración familiar debe ser el primer objetivo pedagógico | Getty Images

Vivanti considera que "la familia es el primer medio social en el que se desarrolla la vida de cualquier niño; de ahí que en el caso de los autistas, la integración familiar debe ser el primer objetivo pedagógico". "Ayudarles a desarrollar sus aptitudes sociales y sus intereses dentro de dicho marco es el primer paso hacia su rehabilitación. El bienestar del niño y de su familia son inseparables", afirma.

Entre los factores de tensión que surgen dentro de la familia, Vivanti destaca los problemas de interacción social. "Para los padres, la indiferencia del autista constituye una auténtica tragedia afectiva, pues se sienten rechazados por alguien que no responde a sus sentimientos". También se genera desgaste familiar, fruto de la convivencia con estos pacientes. 

Problemas para la integración del autista en clase

1. Puede no mirar al profesor, porque no entiende sus expresiones faciales y gestuales.

2. Tiene problemas para entender el lenguaje y se distrae por cosas que pasan y/o por ruidos 

3. No escucha y no está concentrado en intereses visuales.

4. No le gustan los cambios. Se siente molesto por las cosas nuevas y no tiene mucho sentido del tiempo.

5. Suele mirar y copiar a los demás con frecuencia.