Si tenemos animales, sabremos que estos necesitan estar en contacto con la naturaleza siempre. Como dueños suyos deberemos conocer qué puede ser inofensivo y qué puede ser perjudicial, incluso llegar a causarles la muerte.
Cuando salimos a dar un paseo con nuestra mascota o compramos flores para que den vida a nuestro hogar, nos relajamos pensando que son inofensivas. Pero las plantas de interior y exterior tienen sus habilidades de supervivencia como todos los seres vivos.
Con las plantas de interior deberemos tener especial atención, ya que compartirán tiempo y espacio con nuestras mascotas y sus efectos pueden ser negativos.
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Las plantas como el Árbol de la vida y la Flor de Pascua o de Navidad pueden ser altamente tóxicas para los animales. Estas plantas de la familia Euforbiáceas se caracterizan por sus pétalos de color rojo llamativo y hojas verdes en los tallos para atraer a las presas.
Ambas plantas pueden resultar muy venenosas si se ingieren. Por ello, la mejor recomendación es que se encuentren a distancia de los animales, donde no puedan acceder a ellas.
Por otro lado, las plantas de jardín en los hogares también tienen componentes tóxicos para los perros y los gatos que afectan directamente a su aparato digestivo, la piel o el sistema nervioso.
Las plantas que solemos poner en el exterior son: el cabello de ángel, la lantana camara, algunas hiedras, el ricino o tártago, las azaleas, la paleta de pintor, el crotón, los narcisos, la cola de tigre, el botón de oro, la fitolaca, el caucho, la estrella federal y el aloe vera, entre otras.
Si el animal del hogar se alimenta de algunas plantas mencionadas, que son potencialmente tóxicas, lo primero que deberás hacer es llamar al veterinario e intentar identificar el tipo de planta que ingirió tu mascota e ir a consulta. Solo así le podrás intentar salvar.
No solo las plantas pueden ser tóxicas para tus mascotas, también encontramos otros tipos de sustancias o elementos que pueden resultar peligrosos dentro del hogar.
Entre esos elementos existen productos naturales como las semillas y frutas de los árboles, las nueces, las ciruelas y los melocotones, que pueden generar obstrucciones gastrointestinales. Estos elementos no pueden ser triturados o masticados y, con facilidad, pueden producir intoxicaciones, aunque no es muy habitual.
Otros alimentos que molestarían, irritarían o envenenarían a nuestras mascotas son aquellos que contengan chocolate, cacao, cafeína, ajo, cebolla, uvas, marihuana, bebidas alcohólicas y algunos productos con levadura.
Los sentidos desarrollados de las mascotas también trae sensibilidad respecto a cierto tipo de sustancias no comestibles que les genera graves problemas.
Unas sustancias cuya presencia es habitual en los hogares, entre las que se encuentran las pinturas, los anticongelantes, los insecticidas o pesticidas, los aromatizantes, los abonos y fertilizantes, entre otros.
El grado de toxicidad de lo que ingiera el animal dependerá de diversos factores como la especie. No es lo mismo un perro que un gato, su raza, el tamaño, la cantidad que ingirió, la parte de la planta que comió y la respuesta biológica luego de lo sucedido.
En cualquiera de los casos siempre será mejor que el tipo de sustancias anteriormente nombradas estén fuera del alcance de los animales.
Si llegan a la ingesta o contacto con ellos y presentan algún síntoma, acuda a un profesional veterinario para que la mascota sea tratada lo más pronto posible.