Las patatas fritas con gusto a jamón serrano son una auténtica delicia para muchos amantes de los sabores intensos y sorprendentes. Sin embargo, es posible que te encuentres con alguien que no disfrute de estas exquisitas y crujientes tentaciones.
Este tentempié es un verdadero tesoro culinario que cautiva los paladares más exigentes. Aun así, cabe destacar que la comunidad de Tik Tok ha puesto a las patatas fritas con sabor a jamón serrano en el punto mira. En este artículo te lo contamos todo.
En Tik Tok, @alimentostoxicos usa su cuenta para publicar videos de muchos productos que vemos en los supermercados día tras día.
Ahora les ha tocado el turno a unas patatas fritas, con sabor a jamón serrano. Estas están en el punto de mira porque, según los internautas, tienen un alto contenido de “alimentos tóxicos”.
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“Ten mucho cuidado con esto”, advierten des del perfil. Después de mirar todos los ingredientes en la bolsa, @alimentostoxicos explicó el problema destacando que: "Tiene tres potenciadores de sabor altamente tóxicos y muy peligrosos".
El primero es e-621 MSG. Este es un polémico ingrediente utilizado en la industria alimentaria para realzar el sabor de los alimentos.
Es más, @alimentostoxicos añade que se trata de “un aditivo que activa los receptores neuronales que le dan al cerebro la sensación de querer seguir comiendo más de este producto”.
Según @alimentostoxicos, el aditivo e-621 MSG también "tiene el potencial de ser excito tóxico y neurotóxico”. El cual puede sobre estimular las neuronas del cerebro, provocando que cambien y se autodestruyan más rápidamente. Es por eso por lo que recomienda huir de él.
Y por si fuera poco, des del perfil siguen explicando que las patatas fritas con sabor a jamón serrano también están compuestas de e-627 guanilato disódico. Otro aditivo igual que el anterior, con el que dan ganas de seguir comiendo.
Por último, "tenemos el primo hermano, llamado inosinato sódico e-631, que es clavado", añade. Al llevar este químico "no te comes algo porque esté bueno o aderezado, sino porque es una patata con tres potenciadores de sabor químicos y sintéticos".
Tal como hemos estado viendo hasta ahora, la industria alimentaria ha aprendido a utilizar aditivos como herramientas poderosas. Todo para crear productos irresistibles desde el punto de vista del sabor.
Estos compuestos químicos, diseñados para realzar los sabores naturales de los alimentos o imitar sabores específicos, pueden ser altamente efectivos para estimular nuestro apetito. Así como para crear una sensación de placer sensorial.
Sin embargo, el problema radica en que estos aditivos a menudo no aportan valor nutricional alguno. Lo que nos lleva a preguntarnos si estamos consumiendo alimentos por su sabor auténtico o simplemente por los químicos que los acompañan.
Uno de los mayores desafíos que enfrentamos al consumir alimentos altamente procesados y cargados de aditivos es el riesgo de desarrollar una adicción al sabor.
Los aditivos pueden generar una dependencia y dificultar el disfrute de alimentos más naturales y menos intensamente sabrosos.
Esto puede llevar a un círculo vicioso, donde cada vez buscamos alimentos más aderezados y químicamente mejorados para satisfacer nuestros deseos. De este modo, perdemos la habilidad de apreciar la sutileza y la riqueza de los sabores naturales.
Aunque los aditivos químicos y sintéticos han transformado la industria alimentaria, es importante recordar la importancia de una dieta equilibrada y basada en alimentos naturales.
Optar por alimentos frescos, no procesados y preparados en casa nos permite disfrutar de los sabores auténticos y nutricional.