Este año 2023 comenzó con varias reformas fiscales, entre ellas una subida en el salario de los pensionistas. Tras varios años reclamando los jubilados, la Seguridad Social pactó una subida de sus pensiones del 8,5% conforme al IPC.
Una medida que se ha tomado como respuesta para compensar la pérdida de poder adquisitivo tras la inflación. Según los Presupuestos Generales del Estado, desde que comenzó el año tendrán una compensación mayor estipulada, pero también irá acompañada de un incremento de impuestos, hasta 1.400 euros en el IRPF.
Aunque es considerado como un logro entre los pensionistas, ya que ganan más de lo que tributen, Hacienda pasa a quedarse con el 40% de sus revalorizaciones.
Las subidas de las pensiones ha traído consigo una medida que ayuda a los jubilados a que no asuman sus perdidas en su poder adquisitivo.
Las pensiones contributivas han experimentado un incremento del 8,5% como resultado del acuerdo con relación al IPC de diciembre de 2021 a noviembre de 2022. Por otro lado, las pensiones no contributivas siguen manteniendo la subida del 15% adicional aplicada desde el pasado mes de julio.
Una subida de las pensiones mínimas que ha sido de entre los 18 y 113 euros al mes, mientras que las máximas llegan ahora a los 3059 € mensuales, repartidas en las catorce pagas, siendo el margen superior a los 2819, 2 € percibidos anteriormente.
Ganar más es sinónimo de pagar más al Estado. A la hora de tributar Hacienda, la institución considera las pensiones como rendimiento del trabajo, al igual que los salarios.
Por ello, los pensionistas que hayan visto un incremento deberán contribuir en mayor medida al IRPF, igual que cuando estaban en activo. Este año, al sufrir una subida de más del 8,5%, estos deberán tributar alrededor de 1400 € más de media, algo que se ve reflejado en el cobro mensual y puede que también en la próxima declaración de la Renta.
Pese a ello, sigue saliendo a cuenta cobrar más. Para ello los expertos deben estudiar el importe de cada pensión, las circunstancias personales y el tipo de carga en impuestos aplicado en las respectivas declaraciones del IRPF que tenga el solicitante.
Pero, tal y como ejemplifica El Economista, una pensión media de un jubilado de 70 años y soltero (que percibe 19 000 € al año de media), tiene una subida salarial que por la que tendrá que pagar a Hacienda 170 € al mes. Un total de casi 1600 € al año.
En el otro lado, los beneficiarios de la pensión máxima, que por primera vez rompen la barrera de los 3000 euros mensuales (3059,7 € mensuales por catorce pagas), tienen un incremento del IRPF que rozará los 1300 €, contribuyendo en impuestos con 9000 € al año.
Una situación que dejará a los pensionistas con apenas un 5% de la subida del 8,5% tras pagar impuestos.
Deberemos tener en cuenta que los pensionistas con una prestación inferior a 22000 euros y que este sea su único ingreso no estarán obligados a realizar la declaración de la renta.
Aquellos que tengan varios pagadores también están exentos de presentar la declaración de la renta si la suma de las cantidades percibidas por el segundo no superan los 1500 euros.
Con la subida de las pensiones, deberán estar pendientes porque igualmente verán como han superado ese límite y ahora están obligados a presentar la declaración de la renta.
Un jubilado cuya pensión durante 2022 fuese de 20.200 euros anuales, con la medida del incremento del 8,5% ver que ese límite se ha superado y en 2023 deberá presentar el IRPF.
Desde el Gobierno, anunciaron que la subida de las pensiones durante 2023 tendrá un coste de 13.000 millones de euros para el Estado. Una situación que agrava el PIB que se encuentra a 3,5 puntos.
Consideran una medida necesaria tras la situación actual para mejorar la calidad de los pensionistas y beneficios, pues gran parte de ese dinero volverá recaudado en impuestos. Según el Registro de Economistas Asesores Fiscales calculan que cifra podría ascender a 2.000 millones.
El pasado año 2022 ha sido un año de recuperación en cuanto a la recaudación de IRPF se refiere, tras el periodo de parón económico.
Según los datos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, la AIReF, los contribuyentes han llegado a pagar más de 109.000 millones en impuestos. Una cifra que refleja el crecimiento del empleo, los salarios, la economía y las pensiones.