Estás en una conversación con otra persona y casualmente la persona que tenemos enfrente bosteza. Mientras piensas si se estará aburriendo con la conversación o si simplemente está cansado, te das cuentas que tú también estás bostezando. Un hombre pasa al lado de ti, te ve bostezar, y al instante también bosteza. Esto puede ocurrirle a unos cuantos que estén en ese momento mirando como si de un efecto dominó se tratara.
Aunque quizás se haya exagerado la situación un poco, lo cierto es que la ciencia aún está investigando qué es exactamente lo que nos hace bostezar. De todos modos, lo que sabemos a ciencia cierta y con poca investigación, es que el bostezo es contagioso.
Sabemos que lo que se refiere al contagio de los bostezos, es que es algo sugestionable. No necesitas ver a una persona bostezar para involuntariamente bostezar tu mismo, ya que con oírlo o incluso leer sobre ello, puede causar la misma reacción. Seguramente muchos de los que estén leyendo este artículo, no podrán remediar bostezar al menos una vez, si acaso no lo ha hecho ya. Aun así, los bostezos contagiosos van más allá de una simple sugestión.
Algunos estudios recientes han mostrado que el fenómeno está también relacionado con nuestra disposición hacía la empatía – la habilidad de entender y conectar con los estados de ánimo ajenos. Puede sonar extraño, pero seas o no susceptible de bostezar por contagio, puede estar relacionado con la empatía que sientas con otras personas.
La empatía es una parte importante del desarrollo cognitivo. Aprendemos desde edades tempranas a valorarnos basándonos en la cantidad y tipo de empatía que muestran nuestros parientes, y algunos expertos han encontrado que los que no han aprendido a mostrar empatía por sus familiares, pueden tener problemas sociales más tarde en la vida.
Por lo tanto, la empatía es importante, pero ¿Cómo puede estar relacionada con los bostezos contagiosos? Nos podemos referir a un experimento que se realizó en la universidad de Leeds, en Inglaterra para saber algo más de este tema. En su estudio, los investigadores seleccionaron a cuarenta estudiantes de psicología y a otros cuarenta estudiantes de ingeniería.
Cada estudiante se dejó esperando individualmente en una habitación sin saber nada del asunto, junto con un miembro del experimento que encubierto, quién bostezó diez veces en unos minutos. Los resultados del test soportan la idea de que los contagios de los bostezos están enlazados a la empatía.
Los estudiantes de psicología – cuya futura profesión requería que se centraran en los demás – bostezaron por contagio con una media de 5 veces en la habitación, y puntuaron 28 veces de cuarenta en los test.
Los estudiantes de ingeniería – más centrados en cosas como números y sistemas – bostezaron una media de 1,5 veces y puntuaron 25,5 de cuarenta en los mismos test. La diferencia puede no parecer demasiado grande, pero los investigadores lo consideraron significativo.
Estos resultados soportan lo que los neurólogos encuentran con las imágenes del cerebro: el contagio de los bostezos está asociado con algunas partes del cerebro que se refieren a la empatía. Estas regiones, el precuneo y el temporal llamado girus, los cuales están localizados en la parte posterior del cerebro. Y aunque el vínculo entre el bostezo contagioso y la empatía han sido establecidos, las explicaciones para este enlace todavía se están investigando.