El magnesio es un elemento fundamental para el organismo, aunque no todas las personas tienen una dieta rica en este mineral. En España, el Real Decreto 1669/2009 del 6 de noviembre establece una cantidad diaria recomendada (CDR) para el magnesio de 375 mg.
Aunque una alimentación equilibrada debería bastar para tener los aportes diarios de magnesio necesarios, el déficit de este mineral es más frecuente de lo que pensamos. De hecho, un estudio en Francia demostró que el 77% de las mujeres y el 72% de los hombres ingerían cantidades de magnesio inferiores a las recomendadas.
La carencia de este mineral puede acentuar las sensaciones de cansancio, angustia o nerviosismo, así como la sensación de calambre, hormigueo o fatiga muscular. Por lo que es recomendable consumir un complemento alimenticio rico en magnesio como lo es Magnesium Duo de Laboratorios Boiron, que combina 2 sales de magnesio, vitaminas B, PP, E y Selenio, aportando 225 mg de este mineral al día, lo ideal es tomar 1 comprimido después del desayuno y 2 después de la cena con un poco de agua.
El magnesio es el cuarto mineral en cantidad en nuestro organismo, tras el calcio, el potasio y el sodio. A continuación, abordamos algunos de los numerosos beneficios de su consumo para nuestro bienestar físico y emocional. Igualmente, también hablaremos de la importancia de establecer una dieta rica en magnesio para nuestro organismo.
Los deportistas deben preocuparse especialmente por sus niveles de consumo de magnesio, mejorándolos significativamente en el caso de que haya alguna deficiencia. De hecho, durante la práctica deportiva, se incrementa la pérdida de magnesio por orina y sudor y requeriría entre un 10 y 20% de magnesio que cuando está en descanso.
Durante el esfuerzo físico, el déficit de magnesio reduce la resistencia al esfuerzo. Por lo tanto, es importante que los deportistas tengan un nivel adecuado de magnesio, ya que contribuye a un buen funcionamiento muscular y al metabolismo energético normal.
El magnesio juega uno de los papeles más relevantes en el metabolismo óseo. El magnesio total del cuerpo, en particular óseo, suele disminuir con la edad por carencia en el aporte nutricional, la reducción de la absorción intestinal, etc. El magnesio contribuye al mantenimiento de los huesos en condiciones normales.
Una dieta rica en magnesio puede ayudar a disminuir la fatiga y el cansancio, así como el estrés físico y mental. Hay que hacer una mención especial al estrés, ya que provoca la pérdida de magnesio, lo que a su vez supone estar más vulnerable al estrés: es un verdadero círculo vicioso que se puede romper gracias a la toma de un complemento alimenticio a base de magnesio.
Aunque siempre puede ser aconsejable el consumo de un complemento alimenticio de magnesio, lo fundamental es mantener una dieta equilibrada, rica en este mineral. En este sentido, se deben consumir alimentos que aporten magnesio a nuestro organismo, ya que, este, por sí mismo, no es capaz de producirlo.
Así, algunos alimentos que pueden ayudarnos a mantener nuestros niveles de magnesio estables son los aguacates, los albaricoques, algunas frutas como los plátanos, la mayoría de los frutos secos, además de las verduras de hojas verdes como, por ejemplo, las acelgas y las espinacas. Asimismo, el chocolate negro y algunos cereales y legumbres como el arroz integral y los garbanzos también aportan magnesio al organismo.
Aunque en la dieta española existen un buen número de alimentos ricos en este mineral, su carencia se debe a que muchos de ellos pierden parte de su concentración de magnesio al cocinarlos.
A la hora de identificar un déficit en magnesio, debemos atender tanto a las señales físicas como psíquicas. Así, entre la sintomatología física sobresalen los calambres, las contracturas, el hormigueo y la fatiga muscular, mientras que en lo relativo a la dimensión psíquica los síntomas más frecuentes suelen ser el aumento de los niveles de cansancio y una sensación de fatiga acentuada, además de una mayor sensibilidad al estrés o el nerviosismo.
Los especialistas también destacan la importancia de no descuidar nuestro estado físico y emocional, adoptando medidas que van más allá del establecimiento de una dieta equilibrada. Dormir las horas necesarias o hacer pequeños descansos durante el día pueden resultar de gran efectividad a la hora de mejorar integralmente nuestro propio bienestar.