El ácido hialurónico es una sustancia natural que genera nuestro cuerpo y que vamos perdiendo con el tiempo, pero que gracias a las técnicas y los avances actuales podemos devolver a nuestro organismo. Sus ventajas son considerables: hidrata la piel, reduce las arrugas y promueve la creación de colágeno, entre otros beneficios
Toda nuestra piel y en especial la de la cara está constantemente expuesta a factores externos, y se ve afectada por múltiples factores: nuestra salud, alimentación, el paso del tiempo, las condiciones meteorológicas, etc. Por eso, cuidar la piel es fundamental para nuestra salud física y también mental, ya que tener una piel cuidada y sana nos dará un buen aspecto y por lo tanto nos sentiremos mejor.
Hay muchas maneras de cuidar la piel, y utilizar solo una de ellas no basta. Descansar adecuadamente y llevar una buena alimentación y sobre todo una correcta hidratación son claves en esto. Una vez cumplidas estas premisas, podemos ayudar a nuestra piel con elementos como el ácido hialurónico, un gran aliado para mantener una piel saludable.
Aunque puede sonar extraño y artificial para muchas personas, en realidad se trata de una sustancia que se encuentra de manera natural y normal en nuestro organismo: en nuestras articulaciones, cartílagos y en la piel. El ácido hialurónico es el responsable de que tengamos una piel hidratada y firme, y además nos evita dolores al mover las articulaciones. Con el paso del tiempo vamos perdiendo este ácido, y por eso nuestra piel va perdiendo también poco a poco estas propiedades.
Su uso para temas de belleza y cuidados de la piel comenzó a popularizarse ya en los años 90, y desde entonces las clínicas profesionales y también quienes lo consumen lo prefieren antes que otros productos o sustancias, ya que el resultado es muy natural.
Sus ventajas son considerables: hidrata la piel -ya que retiene el agua en la epidermis- reduce las arrugas, promueve la creación del famoso colágeno, y por lo tanto da un aspecto rejuvenecido, pero sobre todo sano a nuestra piel. Es como si introdujéramos un plus, un suplemento, para devolver a la piel todas las propiedades que necesita para tener un buen aspecto.
El ácido hialurónico puede aplicarse utilizando cremas que contienen esta sustancia o ingiriendo complementos alimenticios que lo incluyen. De todas formas, lo más efectivo es inyectarlo directamente en la piel. Para ello es necesario acudir a clínicas especializadas, ya que se trata de un tema de salud y como en todo, siempre es mejor consultar a aquellas personas que saben. Cada piel y cada cuerpo es diferente, y por lo tanto no todos necesitarán los mismos cuidados o las mismas cantidades de una determinada sustancia.
Aunque sea una inyección, no estamos hablando de una operación ni nada por el estilo. La aplicación de esta sustancia, que no requiere anestesia ni hospitalización, dura unos 15 minutos y su efecto dura durante meses. Esta inyección desde el interior de la piel rellena los pliegues subcutáneos y provoca un aumento de la producción de colágeno, que a su vez fomenta una reducción de las arrugas. A pesar de la sencillez de la aplicación, no debe hacerse por cuenta propia y sin consultar, ya que cada organismo es distinto y necesita un análisis previo.
Cabe mencionar que el ácido hialurónico también tiene beneficios para los ojos, ya que mantiene su humedad y funciona como un lubricante natural. Es por eso que algunas soluciones para ojos contienen ácido hialurónico para reducir los síntomas del ojo seco. Los labios también son otros grandes beneficiarios de esta sustancia, ya que les aporta volumen y da un efecto carnoso. Otro efecto sorprendente es que mejora la salud de las encías, una vez más gracias a sus propiedades hidratantes.
Además de en el rostro, las propiedades del ácido hialurónico pueden ser aprovechadas en otras partes del cuerpo, como las paredes vaginales. La piel de esta parte del cuerpo envejece como cualquier otra, así que usando el ácido hialurónico podemos recuperar la firmeza y el volumen de las paredes vaginales, para evitar molestias en el día a día y durante las relaciones sexuales.
Y el ácido hialurónico tiene otros efectos que no se ven, pero se sienten y mejoran la salud. Por ejemplo, aumenta la resistencia ósea, por eso resulta un complemento apropiado para todo el mundo y en especial para deportistas. Como mencionamos anteriormente, alivia también el dolor en articulaciones, al reducir el efecto de las fricciones de estas partes del cuerpo que usamos constantemente.
En conclusión, el ácido hialurónico es una sustancia natural que genera nuestro cuerpo y que vamos perdiendo con el tiempo, pero que gracias a las técnicas y los avances actuales podemos devolver a nuestro organismo. Esto tiene beneficios claros para la belleza y el cuidado de la piel, pero va mucho más allá y mejora nuestra salud.