Viajar es uno de los grandes placeres de la vida y tiene beneficios evidentes: nos ayuda a desconectar, reduce el estrés, potencia la creatividad ante problemas, abre la mente, aprendes y, en definitiva, nos hace felices. Y sí, viajar con niños también implica todo esto si lo haces bien.
Está claro que el 2020 no está siendo un buen año para los viajes, pero hay algo que sí ha permitido: poner en valor los diferentes lugares de España como destino de vacaciones. Tiene magníficas ciudades, villas medievales, pueblos con encanto, playas bellas y amplias, parques nacionales increíbles, museos, catedrales y mezquitas interesantes… La cuestión gastronómica, por supuesto, también es un enorme incentivo.
Se puede disfrutar viajando con niños tanto como haciéndolo solo, en pareja o en cualquier otro formato, pero, en este caso, la planificación es muy importante. Quizás los más aventureros dejen espacio a la improvisación como forma de diversión, pero hay cuestiones que consideramos deben estar bien atadas.
No te olvides de la documentación, un pequeño botiquín con medicamentos básicos, artículos de entretenimiento y una pequeña maleta para tu hijo con todo lo que necesita. Si ya tiene una edad, prepararla juntos es una buena oportunidad para enseñarle la importancia de tomar decisiones y hacerse responsable de sus propios enseres.
Hay otros artículos que te pueden resultar muy útiles, como la silla de paseo cuando tiene entre tres y cuatro años o menos. Las noches también son críticas, pues un mal descanso puede dificultarles mucho seguir el ritmo del viaje.
La cuna de viaje garantizará que tiene un espacio propio cómodo y personal para no extrañar su cama. Puedes comprarla en una tienda de cunas de viaje o directamente irte a tiendas online como Amazon o Bebitus y comparar precios. Debe ser bastante espaciosa, fácil de montar y tener un plegado lo bastante compacto para transportarla sin problemas, como requisitos indispensables.
No hay ciudades especialmente indicadas para niños ni sitios que no lo sean. Estamos convencidos de que la familia puede disfrutar vaya donde vaya, y ya decimos que en España hay mucho donde elegir. Los niños se pueden divertir en la playa, en la montaña o en la ciudad.
Pero es cierto que la perspectiva de visitar un lugar especial les hará ilusión, como un parque temático o de atracciones o incluso puedes viajar a Laponia y conocer a Papá Noel, todo depende de vuestro presupuesto. Lo importante es involucrar a los pequeños en la preparación de las vacaciones: enseñarles fotos, explicarles algo sobre el lugar de destino, mostrarle el recorrido y preguntarle dónde prefiere ir. Si en el plan caben esos sitios especiales para los niños, mejor que mejor.
Los niños acusan el cansancio antes que los adultos, aunque también tienen menos dificultades para dormir en el coche. Por eso es recomendable viajar de noche, sobre todo si prevéis que el desplazamiento vaya a ser largo. Se les hará menos pesado.
Dependiendo de su edad, de sus hábitos o incluso de la estación del año (pues no es lo mismo el verano que el invierno), tendrás que repartir las actividades de una manera u otra a lo largo del día. Eso sí, planifica sin obsesionarte. Viajar con niños siempre implica pequeños retrasos y contratiempos, así que mantén a raya la sensación de estar perdiendo el tiempo.
Un viaje siempre resulta enriquecedor y no solo por lo que aguarda en el destino, sino por las conclusiones que se pueden extraer de su desarrollo. Más aun tratándose de un viaje en familia, donde seguro que aprendéis unos de otros.
Está claro que ser padres implica hacer sacrificios y que viajar con niños puede implicar más estrés y preocupaciones si no se hacen las elecciones y la planificación correcta. Pero repetimos: sé paciente, activa el modo vacaciones y no los veas como un freno. Aprovecha para transmitirles tu pasión por los viajes y el descubrimiento de nuevos lugares, y seguro que su curiosidad hace que las salidas salgan cada vez mejor.
Es bien sabido que, en el caso de los niños, el hambre y la sed pueden hacer acto de presencia en cualquier momento. Y no serán tan pacientes como los adultos a la hora de satisfacer su demanda, menos aún si son pequeños. Para evitar la insistencia o un berrinche, lleva siempre en el bolso agua y algún snack.
Si viajas en avión y los niños son pequeños, recuerda que puedes llevar los biberones que quieras llenos de agua, y que en el control no deben poner problemas. Lo mismo sucede con la comida, que puedes llevar lo que necesites para atender sus necesidades.
Además de planificar y organizar correctamente y con la suficiente antelación, la otra gran clave para que el viaje salga bien es la disposición. Es decir, la actitud para pasarlo bien y hacer de esta una bonita experiencia que quedará en los recuerdos de la familia.
¿Ves cómo viajar con niños por España no es tan difícil?